lunes, julio 30, 2007

He escrito un poema.

Hace dos días discutía con tres poetas más acerca de poema y poesía. Uno de ellos decía que no es lo mismo poema que poesía, refiriéndose a la estructura como artificio. Yo difiero, no dije nada porque entendí lo que quiso decir. Sin embargo opino que hay cosas que parecen poemas pero no lo son porque carecen de poesía. Hoy escribí algo. Tengo la mente tan nublada que no sé si es poema (refiriéndome al artificio) o poesía. Y no me importa, sólo sé que lo sentí. Hoy deberé entregar ese poema, si no lo entrego quemaré la hoja y el mundo jamás lo volverá a ver. Pero antes de que eso pase lo pondré en esta entrada por unas horas. Entréguelo o no, lo borraré de esta entrada más luego.



[Aquí debería estar escrito tu poema.]
Sin embargo el original aún no lo quemo.

viernes, julio 20, 2007

La escritura y la lectura.
Pareciera que... No, no parece: la escritura y la lectura son la razón de mi existencia, sin embargo debo confesar que en el último mes mi nivel de lectura ha bajado casi a 0, salvo por algunos capitulitos del Quijote no he leído nada de nada. Me la he pasado en el desmadre y en la hueva. ¿Por qué? No lo sé, como que no he andado bien anímicamente. ¿Será depresión? Puede ser en un modo moderado, pero sí, me de hueva hacer de todo. Hace poco chateando con Licha recordé una vieja palabra: ñoñoricoso; digo vieja porque no la oía, pensaba o decía desde mis épocas de ñoñoscout. (¿Similitud?) Y ahí descurbrí que mi pasión por las palabras ha bajando este mes... El poema (o sea: EL POEMA) que estoy escribiendo está en pausa permanente. Hay algo que no cuaja. Además el círculo de lectura de Gandhi, casi al año de unirme, ya me dio hueva y lo mandaré al diablo, al menos por un rato (además ya no dejan fumar en gandhi, qué mamada, ¿no?) Sé que necesito escribir y leer, pero no me sale. Yo sé la causa, es algo que, aunque sí me ha dejado dormir, me ha tenido un poco en vigilia o sonambulismo mental.
Lo bueno es que ya empiezo en la escuela de nuevo y eso agilizará mis neuronas nuevamente. Y admeás trabajo en un largometraje que espero se haga, pero ouch... como que la hueva gana a pesar de que no quiera. Es más, como que me estoy volviendo adicto a estar frente a la laptop sin hacer nada. Ni siquiera chatear. Pero buneno, espero que pronto pase porque compré Mira si yo te querré de Luis Leante y le traigo unas ganas que, pa qué les cuento. Sólo que cada que lo abro no me dan ganas de leer. Admás debo trabajar en mi propia genial novela que será un premio muy importante. No la he querido trabajar más hasta que me resuelvan algo en el fonca, pero sí... creo que ya va siendo hora del nuevo despertar literario mensaual, jejeje.
Saludos a la bandera y no dejen de leer mi otro nuevo blog.

sábado, julio 14, 2007

YA NO SOY PUTO.
Sobre la redención de la apuesta* que me obligaba a tener en mi nick del msn la leyenda "soy puto y qué"; a mí y a otros tres más. Sin embargo para saber esto tendrán que ir al nuevo blog propiedad de la bandera.... Visiten http://pensarymalpensar.blogspot.com Allí se enterarán.


*Si no saben nada de dicha apuesta revisen la penúltima entrada del blog, obviamente sin tomar en cuenta ésta.

viernes, julio 13, 2007

El grandioso artículo 16 constitucional.

Resulta que el jueves pasado, después de salir de nuestra junta semanal de la asosiación de estudios históricos y militares a. c., íbamos en el auto el Juánatan, Arvin, Mario y yo discutiendo acerca de las insensateces y cambios de tema que Octavio había hecho en la junta. El objeto de esa junta era, en teoría, el análisis del libro Mein Kampf; sin embargo todo se arruinó cuando Ocatvio metió el tema del EPR y los bombazos a los oleoductos de PEMEX. Como se podrán imaginar todo acabó en miscelánea política, fiscal, etc... De todo menos del tema objeto de esa reunión. Bueno, en eso íbamos cuando nos encontramos Periférico cerrado por reparaciones y nos tuvimos que desviar por Irrigación para salir por Cervantes hasta el Circuito. Y fue durante ese trayecto cuando una patrulla nos da alcance y nos pide orillarnos. Ganas de chingar, seguramente. Aunque para hacernos orillar y verificar los datos del conductor sí están facultados por el reglamento de tránsito, así que sin pedos nos orillamos. Uno de los policías
se acerca a la ventanilla de Arvin, que era el conductor, y le dice que es una revisión de rutina, que nos van a revisar a nosotros y al vehículo. Ahí fue cuando nos pusimos pendejos. Amablemente le dijimos que se chingaba pero no. Se sorprendió un buen al no esperar esa respuesta, como que no lo creyó y trató de explicarnos que había un operativo por el cual tenía que revisarnos a nosotros y al vehículo, además nos hizo la apología de que todo era por nuestra seguridad, que comprendiéramos, etc. Pero se volvió a quedar de a seis cuando le reiteramos, muy amablemente nuestra negativa. Fue entonces que esgrimimos nuestros argumentos legales, es decir, le dijimos que ni a chingadazos nos podía revisar ni a nosotros, ni nuestros papeles, ni el vehículo, porque así lo establecía el artículo 16 de la carta magna; a lo que el tira respondío que su operativo y que tenía órdenes y que mamada y media. Le dijijmos que él debería traer una costitución, que la revisara, entonces él dijo que el artículo 2 del reglamento de tránsito, blah, blah, blah.... (Lo que el pendejo no sabe es que nosotros sí leemos las leyes, y que el art. 2 de dicho reglamento sólo dice cosas como "Se denominará peatón a la persona...", "Se entenderá por lugar prohibido...", "Se denomina condutor al..." O sea, que no mame.) Y se mantuvo en esa posición y en que el operativo y etcétera, así que nos teníamos que fletar a la revisión porque no le importaba que la constitución dijera eso, porque había otras leyes que lo facultaban para revisarnos. Entonces le dijimos que el artículo 133 de la carta magna decía que si hay controversia en las leyes, aplica la jerarquía, donde siempre se sobrepone la constitución a todas. Total que frustrado y encabronado, llamó a su pareja, que llegó a la otra ventanilla como queriendo ser el héroe. "¿Algún problema, caballeros?" Y le dijimos la misma perorata, agragando que su colega quería revisarnos a huevo y que eso era una violación de las garantías undividuales. Entonces dijo: "Bueno, no más permítamne sus identificaciones por favor", a lo que le dijimos que nel nuevamente. Sólo Arvin le enseñó la licencia porque él, como conductor, sí está obligado a eso, pero sólo a eso. Vieron que no nos iban a sacar dinero, que estábamos dispuestos a ir al MP por defender los derechos y que no iban a lograr nada; aparte de que todos traíamos pinta de abogadillos. Total que desistieron y sólo nos dijeron "Váyanse con cuidado". Jejejeje, qué divertido estuvo.
Pero sí, que no chinguen. Es bien cierto que el DF es una ciudad con muchos problemas de delincuencia, y que esos operativos ayudarían a bajarla, de hecho lo han ayudado. El Estado tiene la obligación de ofrecer seguridad a sus ciudadanos, pero no a costa de violar sus garantías individuales, así que se busquen otra forma de ofrecer en vez de querer violar los derechos de cuidadanos honestos agarrando por parejos a todos. Si lo solapamos al rato vamos a ver que para entrar a un domicilio ya no se usarán la orden de cateo, o exagerando, en un futuro podemos volver a épocas inquisitoriales donde bastaba apenas una leve sospecha para poder encerrar a alguien en el tambo e instruirle juicio (a veces ni eso). En fin, los dejo con los artículos que mencioné por si acaso no los conocían, para que los usen y se defiendan.
Sólo una cosa más, si llegan a estar en ese caso, hagan lo mismo, total, si los llevan al MP no los pueden tener más de 72 horas; y cuando salgan pueden meter a quien les hizo eso al bote y de allí no salen hasta que concluya un juicio que puede durar mínimo y si les sale bien, 6 meses. Así que ustedes decidan, ¿valen la pena 72 horas por 6 meses de justicia y de enseñarle al gobierno que no va a pisotear los derechos de sus ciudadanos cuando se le dé la gana? Y una sugerencia: si les pasa eso (ojalá que no) vayan a un MP federal, para evitar corrupción, amiguismos y compadrazgos, para lograr que se haga justicia.
Chau...
Artículo 16. Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal de procedimiento.

No podrá librarse orden de aprehensión sino por la autoridad judicial y sin que preceda denuncia o querella de un hecho que la ley señale como delito, sancionado cuando menos con pena privativa de libertad y existan datos que acrediten el cuerpo del delito y que hagan probable la responsabilidad del indiciado.

La autoridad que ejecute una orden judicial de aprehensión, deberá poner al inculpado a disposición del juez, sin dilación alguna y bajo su más estricta responsabilidad. La contravención a lo anterior será sancionada por la ley penal.

En los casos de delito flagrante, cualquier persona puede detener al indiciado poniéndolo sin demora a disposición de la autoridad inmediata y ésta, con la misma prontitud, a la del Ministerio Público.

Sólo en casos urgentes, cuando se trate de delito grave así calificado por la ley y ante el riesgo fundado de que el indiciado pueda sustraerse a la acción de la justicia, siempre y cuando no se pueda ocurrir ante la autoridad judicial por razón de la hora, lugar o circunstancia, el Ministerio Público podrá, bajo su responsabilidad, ordenar su detención, fundando y expresando los indicios que motiven su proceder.

En casos de urgencia o flagrancia, el juez que reciba la consignación del detenido deberá inmediatamente ratificar la detención o decretar la libertad con las reservas de ley.

Ningún indiciado podrá ser retenido por el Ministerio Público por más de cuarenta y ocho horas, plazo en que deberá ordenarse su libertad o ponérsele a disposición de la autoridad judicial; este plazo podrá duplicarse en aquellos casos que la ley prevea como delincuencia organizada. Todo abuso a lo anteriormente dispuesto será sancionado por la ley penal.

En toda orden de cateo, que sólo la autoridad judicial podrá expedir y que será escrita, se expresará el lugar que ha de inspeccionarse, la persona o personas que hayan de aprehenderse y los objetos que se buscan, a lo que únicamente debe limitarse la diligencia, levantándose al concluirla, un acta circunstanciada, en presencia de dos testigos propuestos por el ocupante del lugar cateado o en su ausencia o negativa, por la autoridad que practique la diligencia.

Las comunicaciones privadas son inviolables. La ley sancionará penalmente cualquier acto que atente contra la libertad y privacía de las mismas. Exclusivamente la autoridad judicial federal, a petición de la autoridad federal que faculte la ley o del titular del Ministerio Público de la entidad federativa correspondiente, podrá autorizar la intervención de cualquier comunicación privada. Para ello, la autoridad competente, por escrito, deberá fundar y motivar las causas legales de la solicitud, expresando además, el tipo de intervención, los sujetos de la misma y su duración. La autoridad judicial federal no podrá otorgar estas autorizaciones cuando se trate de materias de carácter electoral, fiscal, mercantil, civil, laboral o administrativo, ni en el caso de las comunicaciones del detenido con su defensor.

Las intervenciones autorizadas se ajustarán a los requisitos y límites previstos en las leyes. Los resultados de las intervenciones que no cumplan con éstos, carecerán de todo valor probatorio.

La autoridad administrativa podrá practicar visitas domiciliarias únicamente para cerciorarse de que se han cumplido los reglamentos sanitarios y de policía; y exigir la exhibición de los libros y papeles indispensables para comprobar que se han acatado las disposiciones fiscales, sujetándose en estos casos, a las leyes respectivas y a las formalidades prescritas para los cateos.

La correspondencia que bajo cubierta circule por las estafetas estará libre de todo registro, y su violación será penada por la ley.

En tiempo de paz ningún miembro del Ejército podrá alojarse en casa particular contra la voluntad del dueño, ni imponer prestación alguna. En tiempo de guerra los militares podrán exigir alojamiento, bagajes, alimentos y otras prestaciones, en los términos que establezca la ley marcial correspondiente.

Artículo 133. Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emanen de ella y todos los Tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el Presidente de la República, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda la Unión. Los jueces de cada Estado se arreglarán a dicha Constitución, leyes y tratados, a pesar de las disposiciones en contrario que pueda haber en las Constituciones o leyes de los Estados.

domingo, julio 08, 2007

Soy puto y qué.
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¿Dudas al respecto? Imagino que sí. Sin embargo antes debo aclarar qué es esto, porque no todos los bloglectores saben a qué me refiero. Hablo sobre el nick que he puesto en mi messenger y que estará allí por 15 días (Pacus boreae. Soy puto y qué).
Bien, pues todo se desprende de una salida. Al principio íbamos a salir a un bar de arañas en sateluco donde el valet, el guardarropa, barra libre (cognac, whisky, ron...) y propina están incluidos por $220. Pero bueno antes de decidirnos siempre hacemos la ronda de navegación, en que pasamos frente a varios bares y antros a ver por cuál nos decidimos. Esta vez la ronda no llegó a su fin, pues a media ronda alguien dijo "pues vamos al Bull" (Bulldog, en Revolución). Esa voz tomó eco y partidiarios de inmediato. Surgieron algunos pretextos, pero todos se solventaron en menos de dos minutos y, de pronto, ya estábamos conduciendo bajo una tormenta rumbo al Bull —en adelante perro. (Aquí es bueno hacer un paréntesis que aclarará todo: Resulta que antes de salir, como una forma de presionar a Mario por sacar una vieja, todos —Luis, Arvin, yo [Oscar no, por puto]— hicimos una apuesta: puto el que no sacara vieja. Inició todo en que lo mínimo sería sacar un beso, total que para hacerlo fácil acabamos en que sólo el teléfono.) Cuando llegamos al lugar todos estábamos como perros en las ventanas viendo a chicas muy lindas, sin duda el Perro es el lugar donde acuden las mejores chicas de la ciudad.
Ya dentro del perro, como buenos bebedores nos hicimos a huevo un espacio cerca de la barra y allí nos quedamos. Nuestro círculo estaba contiguo al de Olallo Rubio que se pasó toda la noche allí junto a nosotros (jejejeje, el wey ya bien pedo se ponía a cantar las rolas más cursis y fresas, ¿dónde se le quedó lo roquerón?). Las pocas veces que se deshacía el grupo era para ir al baño, o porque algunos cabrones se metían allí, pero el Mario los quemaba con el cigarro. Nos la pasamos de huevos chupe y chupe, chistes y chistes, pero nadie se esmeró en sacar vieja. Digo, todos contentos dándonos unos tacos de ojo que no ma#$#%&$###$#%$!!!!! Sobre todo una mesera que se trepaba a la barra. Y tampoco era ir sobre las viejas porque ellas venían sobre nosotros literalmente, estaba tan aperrado el lugar que cuando pasaban las chicas, nos untaban todo. Bien, a los que nos truje. Pues el Luis no sacó porque tiene vieja. Arvin porque acaba de tronar y no tiene ganas de vieja por el momento. Oscar por puto y porque tiene vieja. Yo no saqué vieja ni hice el intento siquiera (y eso que una de amarillo me lanzaba miraditas) porque en este momento debo lealtad y fidelidad a una chica. Si no fuera por eso pues no hubiera perdido. Y bien, el único disponible era Mario, el origen y la causa de la apuesta, y no sacó nada. Así que todos cuatro perdedores tenemos que poner en el nick del msn la leyenda "soy puto y qué" y mantenerla por 15 días. Y como yo sí cumplo las apuestas porque, precisamente no soy ningún puto, pues por eso está así mi nick. Supongo que aclaré la duda.
Hasta la próxima.
Por cierto, muchos besos a "esa" chica por la cual no ligue. ¡tqm!

viernes, julio 06, 2007

Esta entrada es un poco extra fuera del blog. ¿Por qué? Porque es como autopropaganda. Como muchos de ustedes ya saben, yo hago guiones y los vendo para la televisión. Mi última producción fue para la serie Lo que la gente cuenta de TvAzteca. Aquí pondré el vínculo del video de un avance de un guión mío. Lo pondré porque esta es la 3era. temporada y posiblemente la última. (Ojalá que no.) Bueno, les dejo el vínculo. (Por supuesto les aviso, a ver si alguien puede verlo, el programa sale hoy por canal 7 a las 23 horas.) http://www.tvazteca.com.mx/servicios/videos/secciones/entretenimiento.php?ckey=05a7babc298b31697146&tsp=8cae4652b10e89101482&tv=83a471ad24c08e9c37d0&Opt=2&Opt2=11

miércoles, julio 04, 2007

La escritura y los escritores.



Escritores. Así nos llamamos algunos. Yo ya llevo algo de tiempo en esto que es la talacha de las letras. Claro, no llevo mucho si se compara mi caso con algunos escritores de larga tradición. Pero ellos como yo y como todos, empezaron alguna vez, y esa vez fueron escritores nóveles. Nadie sabe a ciencia cierta cuándo es un escritor incipiente. Recuerdo que, por ejemplo, en mi caso, yo decía cuando me preguntaban: «a qué te dedicas», «quiero ser escritor». Pero cuándo uno deja de querer ser escritor para ser escritor. Obviamente esto no pasa al momento de publicar por primera vez o al ganar un concurso. Considero que el cambio se da cuando uno mismo responde a la pregunta de arriba «soy escritor». Uno podrá ser bueno, malo, pésimo; escritor a fin de cuentas. Alguna vez un colega se burló de mí porque, estando con él, me presenté ante un tercero como poeta. Eso podrá llevar la discusión a otro lado, pero creo que básicamente es lo mismo pero a un nivel un poco más alto. Digo, yo he publicado en varios lugares muchas veces. Estoy antologado en libros, etc... Sin embargo aunque no hubiera publicado ni en un blog seguiría siendo escritor y poeta. Así mismo están varios. Tal vez en este blog aún no tenga tantas visitas como en el otro de escritores nóveles que me contactan para mil cosas. De todos modos quiero publicar en este blog una lista de reglas que me llegaron, muy simpáticas, y de las cuales ya soy partidiario en extremo. Los escritores de antaño, los de ahora y los del futuro siempre fueron nóveles alguna vez —tal vez exeptuaré al Poeta alemán, a Rimbaud y al Conde de Lautrémont—; y para todos ellos lo siguiente siempre aplica.

I. Todo escritor incipiente tiene el derecho a escribir lo que le venga en gana.

II: Todo escritor incipiente tiene la obligación de escribir lo mejor que pueda.

III: Todo escritor incipiente tiene la obligación ineludible de aspirar a escribir LA OBRA (con mayúsculas, como le gustaría a Cyril Connolly). Esta OBRA puede abarcar desde un cuento o un poema genial hasta 30 ó 40 novelas magistrales. Lo que importa es la aspiración. Si lo logra, ya es otro asunto.

VI. Todo escritor incipiente tiene el derecho de leer lo que le venga en gana (entre más lea, mejor), siempre y cuando estas lecturas incluyan dosis generosas de libros clásicos (¿qué es un clásico?, es como lo define Italo Calvino: “todo aquel libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir”, no importa si fue escrito apenas antier o hace 2,500 años).

V. Todo escritor incipiente tiene derecho a ser feliz, vivir dignamente y no morirse de hambre por consagrar su existencia al arte literario (incluso si una vida indigna y desdichada y la inanición pudieran convertirse en valiosa materia prima para sus obras).
Son legítimos los siguientes medios para hacer cumplir este derecho: la manutención paterna incluso a edad avanzada, la herencia familiar, el matrimonio por conveniencia, el mecenazgo interesado, la búsqueda descarada de premios y becas mediante influyentismo y amiguismo, el lenocinio, el crimen individual u organizado, el periodismo, el guionismo, la publicidad, el trabajo editorial, la corrección de textos, la traducción, la escritura fantasma y otras formas legales de esclavitud, siempre y cuando el escritor atienda lo establecido en los primeros cuatro parágrafos de este dodecálogo.

VI. Todo escritor incipiente tiene la obligación de obtener los conocimientos necesarios para dominar sus herramientas de trabajo y alcanzar la maestría en el oficio literario, no importa si los obtiene en forma autodidacta, en talleres literarios o escuelas de escritores. Tiene derecho a cometer errores por inexperiencia o desconocimiento, pero está obligado a corregirlos inmediatamente y no repetirlos en obras subsecuentes.

VII. Una vez que se ha apropiado de estos conocimientos, el escritor incipiente tiene la obligación de olvidarse por completo de ellos y escribir con plena libertad lo que le venga en gana, incluso a sabiendas de que con lo que escribe está rompiendo las reglas gramaticales, la tradición literaria, los géneros, las estructuras o el lenguaje mismo. Se pone énfasis en que sólo se tiene derecho a hacer lo anterior a sabiendas de que se está haciendo y con una intención (definida o indefinida). De ninguna manera tiene permitido hacerlo por desconocimiento, chabacanería o querer pasarse de listo.

VIII. Todo escritor incipiente tiene derecho a retomar y utilizar en sus obras recursos y descubrimientos aparecidos en obras de otros autores; de preferencia de aquellos considerados como los mejores. Este aprovechamiento legítimo será denominado genéricamente como “influencia”, con los siguientes niveles:
a) Si la influencia es leve, pero claramente reconocible, se le denominará “tradición”.
b) Si la influencia es descaradamente obvia, se le denominará “homenaje”.
c) Si la influencia es múltiple y heterogénea, se le denominará “hipertextualidad” o “diálogo intertextual”.

IX. Todo escritor incipiente tiene derecho a tomar como tema o incorporar en su obra referencias a cualquier otro campo de experiencia vital que no corresponda necesariamente al campo literario, tales como las caricaturas, las series de televisión, el habla y la cultura popular, la música juvenil, el cine hollywoodense, los comics, la Internet, los juegos de video, los gadgets tecnológicos, etcétera, sin que por ello se le tilde de “superficial”, “hueco”, “infantil”, “posmoderno”, “light”, o cualquier otra clase de paparrucha que se les ocurren a los críticos literarios “serios” cuando, por ignorancia, holgazanería o esnobismo, no tienen la más peregrina idea de a qué aluden dichas referencias.

X. Es plenamente legítima la aspiración al best-seller. El primer (y más importante) juez de una obra literaria es el lector. Si una obra tiene muchos lectores, algún valor (incluso pequeño) ha de tener. El escritor incipiente está obligado a rechazar el mito de que si nadie entiende lo que escribe (y por lo mismo nadie lo publica) se debe a que es un genio o está adelantado a su tiempo, ya que, en el caso de un escritor incipiente, la probabilidad de que lo anterior sea cierto es dramáticamente nula. Si nadie entiende todavía Finnegans Wake, es porque lo escribió James Joyce, que sí era un genio.

XI. Todo escritor incipiente tiene el legítimo derecho a utilizar los medios necesarios para que su obra sea conocida por el mayor número de personas, incluso si para ello tiene que recurrir a estrategias que aún no han sido integradas plenamente al sistema tradicional de la industria editorial, tales como la autoedición, la edición digital y la distribución electrónica, las páginas web, los blogs, la multimedia, etcétera, y sin que por ello el escritor sea tachado de “ingenuo”, “chabacano” o “poco serio”.

XII. (Derogado).