domingo, diciembre 30, 2007

El amor

Ah, el amor, qué cosa más linda... Pero es feo enamorarse de un imposible, como una princesa del 1900, un personaje de el señor de los anillos, una ilusión, o una chica que conoces y que sabes que nunca de los nunca te va a pelar. ¿Sigue siendo el amor la cosa más linda?

viernes, diciembre 28, 2007

Para ella, tú, yo y todos.

Una chica a quien quiero mucho y muy importante me enseñó una cosa. Es una cosa sencilla que uno no la ve por eso, como pasa con todas las cosas sencillas, es la terrible dictadura de lo elemental. Ella me lo enseñó a fuerza de repetírmelo todos los días por varios años y de hacerme constar que eran palabras totalmente ciertas.
Elegir siempre es renunciar a algo. Palabras llenas de absoluta verdad.

jueves, diciembre 13, 2007

Ahora para mí:

En estos momentos que tengo novia formal de nuevo, sé que lo más importante en una relación de pareja soy yo y la capacidad de acoplarnos mutuamente.
Sin esto de nada sirve una relación.

domingo, diciembre 02, 2007

También para ti:

Sólo recuerda que una persona no es la última conversación que tuviste con ella.

miércoles, noviembre 07, 2007

CARTA PARA ELLA

Mujer, he pensado mucho y quizá habría que ofrecernos disculpas mutuamente pero no, tú no tienes que ofrecer disculpas por nada: he investigado y todo por lo que estás pasando es algo más fuerte que tú, por eso has actuado como lo has hecho. Las cosas por las que pasas obnuvilan tu mente. Después de mis investigaciones sé que todo lo que has hecho no lo has hecho de mala fe, es por eso que no te tengo que perdonar nada (quizá tú a mí sí, pero todo lo que hice lo hice porque a eso me orillaste y no sabía por lo que pasabas). De verdad te deseo lo mejor y para ello te sugiero ir a terapia psicológica, especielmente al psicoanálisis (yo conozco a una muy buena psicoanalista y si tú me lo pides te doy sus teléfonos). Tú en realidad sigues siendo la mujer de la que me enamoré y de la que sigo enamorado, pero todo lo que has vivido te ha rebasado y por eso cambiaste, así que no te puedo echar la culpa de nada, es sólo algo que pasó y que no supimos como resolver; por ende eso nos llevó de algo feo a algo peor y así subsiguientemente. Ni tú ni yo estábamos preparados para esto y por ende hicimos sendas pendejadas que nos hundieron más. Pero siempre se puede salir de todo y arreglar todo. Tú sabes, porque te lo he dicho varias veces, que yo soy una persona que cree firmemente que todas (TODAS) las cosas se pueden arreglar hablando; y sigo pensando así, pero para eso se necesita un interlocutor. Si algún día quieres yo estaré allí aún para hablar.
Te deseo lo mejor en tu vida. Sé que lo que pasas es algo muy duro, pero no es el fin del mundo, no te ahogues en un vaso de agua. También sabes que para lo que necesites (TODO), yo estoy a sólo una llamada de distancia.
Antes de todo eras la chica de mis sueños (lo sigues siendo pero tus actitudes te han alejado), así que estoy convencido de que cuando intentes resolverlo todo seguirás siendo esa gran chica de la que me enamoré. No es fácil porque es un gran problema del que no ves salida, aunque las hay y varias.
Mis mejores deseos para siempre:
Pako

jueves, octubre 25, 2007

¿Regalo de Navidad en octubre?

Pues sí, ésa es la mera verdad. No les diré las verdaderas razones que me llevaron a conseguir un regalo de Navidad en fechas tan adelantadas; pero créanme cuando les digo que si todos hicieran lo mismo, se ahorrarían unos buenos centavos en los regalos que compren. En fin, yo había comprado un regalo en dos partes, me gasté una buena lana en esos regalos, no les diré cuánto exactamente, pero me gasté más de $1,000 en cada parte del reaglo. A algunos quizá se les haga poco, a otros excesivamente mucho; a mí simplemente me nació. Pero eso no es todo. Pues muchos de ustedes han venido a mi habitación y saben que la tengo llena de libros, libros que no presto nunca ni a nadie. A parte de todo, de las dos partes del regalo que me costaron dinero, iba a adjuntarle una tercer parte: un libro mío, de los que más me gustan.
Desafortunada o afortunadamente (eso no lo sé bien), el comprar regalos tan aticipadamente no te ayuda mucho, salvo para ahorrar como dije antes, porque con tanto tiempo no sabes lo que va a pasar. Así que por un lado, no dediqué ese libro y sigue estando en mi biblioteca y, lo más importante, sigue siendo de mi propiedad. Por otro lado, una parte del regalo me la quedé yo. Así es, es lo bueno de la tecnología: es unisex, así que estoy estrenando un adminículo tecnológico muy divertido. Por otro lado, la otra parte del regalo no me la podía quedar yo, porque ésa sí no era unisex, era necesariamente para mujer, así que bueno, con ese no sé bien qué hacer... Puedo esperar y ver quién me cae mejor en Navidad y regalarlo en esas fechas, o regalarlo de una vez. Cuando me decida lo haré. Lo bueno es que lo puede usar cualquier chica. Total, la moraleja es: nunca compren regalos tan anticipados a menos de que estén seguros de que los darán. Si no, no vale la pena ahorrarse unos centavos, la decepción de no poder darlos no vale la pena el ahorro.

jueves, octubre 18, 2007

SODA ESTÉREO

Esta noche en Bs. As. Argentina, da el primer concierto después de 10 años de separación, una de las mejores bandas de rock del planeta. PEro hay un problema muy grande... inmenso: el problema es que yo estoy en México capital y ellos en Argentina capital... Eso sí que es un pedo, pero bueno, al menos una vez reunidos de nuevo, es factible que vengan a dor un concierto a la ciudad de México, donde sin duda estaré en primera fila cantando primavera cero, té para tres, a un millón de años luz, etc...
Bienvenidos de nuevo, Soda, no les pido menos que lo que ya saben hacer: Música para volar.

viernes, septiembre 28, 2007

Consejos a un joven novelista
Tomado de http://www.queleo.com.mx/

1.-Sólo quien entra en literatura como se entra en religión, dispuesto a dedicar a esa vocación su tiempo, su energía, su esfuerzo, está en condiciones de llegar a ser verdaderamente un escritor y escribir una obra que lo trascienda.
2.-No hay novelistas precoces. Todos los grandes, los admirables novelistas, fueron, al principio, escribidores aprendices cuyo talento se fue gestando a base de constancia y convicción.
3.-La literatura es lo mejor que se ha inventado para defenderse contra el infortunio.
4.-En toda ficción, aun en la de la imaginación más libérrima, es posible rastrear un punto de partida, una semilla íntima, visceralmente ligado a una suma de vivencias de quien la fraguó. Me atrevo a sostener que no hay excepciones a esta regla y que, por lo tanto, la invención químicamente pura no existe en el dominio literario.
5.-La ficción es, por definición, una impostura -una realidad que no es y sin embargo finge serlo- y toda novela es una mentira que se hace pasar por verdad, una creación cuyo poder de persuasión depende exclusivamente del empleo eficaz de unas técnicas de ilusionismo y prestidigitación semejantes a las de los magos de los circos o teatros.
6.-En esto consiste la autenticidad o sinceridad del novelista: en aceptar sus propios demonios y en servirlos a la medida de sus fuerzas.
7.-El novelista que no escribe sobre aquello que en su fuero recóndito lo estimula y exige, y fríamente escoge asuntos o temas de una manera racional, porque piensa que de este modo alcanzará mejor el éxito, es inauténtico y lo más probable es que, por ello, sea también un mal novelista (aunque alcance el éxito: las listas de bestsellers están llenas de muy malos novelistas).
8.-La mala novela que carece de poder de persuasión, o lo tiene muy débil, no nos convence de la verdad de la mentira que nos cuenta.
9.-La historia que cuenta una novela puede ser incoherente, pero el lenguaje que la plasma debe ser coherente para que aquella incoherencia finja exitosamente ser genuina y vivir.
10.-La sinceridad o insinceridad no es, en literatura, un asunto ético sino estético.
11.-La literatura es puro artificio, pero la gran literatura consigue disimularlo y la mediocre lo delata.
12.-Para contar por escrito una historia, todo novelista inventa a un narrador, su representante o plenipotenciario en la ficción, él mismo una ficción, pues, como los otros personajes a los que va a contar, está hecho de palabras y sólo vive por y para esa novela.
13.-El de las novelas es un tiempo construido a partir del tiempo psicológico, no del cronológico, un tiempo subjetivo al que la artesanía del novelista da apariencia de objetividad, consiguiendo de este modo que su novela tome distancia y diferencie del mundo real.
14.-Lo importante es saber que en toda novela hay un punto de vista espacial, otro temporal y otro de nivel de realidad, y que, aunque muchas veces no sea muy notorio, los tres son esencialmente autónomos, diferentes uno de otro, y que de la manera como ellos se armonizan y combinan resulta aquella coherencia interna que es el poder de persuasión de una novela. 15.-Si un novelista, a la hora de contar una historia, no se impone ciertos límites (es decir, si no se resigna a esconder ciertos datos), la historia que cuenta no tendría principio ni fin.

Mario Vargas Llosa

sábado, agosto 18, 2007

El Juego.

1. Cada jugador (a) comienza con un listado de 8 cosas sobre sí mismo.
2. Tiene que escribir en su blog esas ocho cosas, junto con las reglas del juego.
3. Tiene que seleccionar a 8 personas más para invitar a jugar, y anotar sus blogs/nombres.
4. No olvides dejarles un comentario en sus blogs respectivos de que han sido invitadas a participar, refiriendo al post de tu blog: "El Juego"

1. He dicho muchas veces, a muchísimas mujeres, las dos palabras mágicas: te amo. Pues de todas esas veces casi ninguna fue cierta, sí quise mucho a todas, pero después de pensar objetivamente, sólo yo sé a cuáles dos se lo he dicho honestamente.

2. Yo siempre dije que nunca odiaba a nadie. Sí hay gente que me cae mal o no quiero ver, pero no los odio. Hace poco descubrí que sí odiaba a alguien: a mí mismo; por ser un pendejo y tragarme/aguantarme/creerme cosas que sé que no son ni tantito ciertas.

3. Yo siempre he estado a favor de temas que, en general, la sociedad está en contra. Simpre dije que mi axiología y moral eran sólidas; sin embargo hace poco viví (o me hicieron creer) algo que me hizo reflexionar mucho y cambiar mi punto de vista un poco (tampoco tanto); pero no hubo forma alguna de que me retractara. Tuve que mantenerme en lo que decía antes.

4. En mi vida he tenido mala suerte y siempre acabo relacionándome con mitómanos, megalómanos, etc... Afortunadamente eso ha ido bajando y ya de mitómanos al menos sólo me topo con gente mentirosa a secas.

5. Yo siempre he dicho algunas cosas de las mujeres: “Sólo hay dos tipos, las que cogen y las que vuelan, ¿has visto alguna volar?”, “Sólo hay dos tipos de mujeres: las cabronas y las pendejas”, y “Si encuentro a una mujer que vuele y me haga volar, me la quedo”. El primer dicho no importa, aunque alude obviamente a un bonito poema igual que el tercer dicho. En el segundo dicho creo que me equivoco, porque dentro del grupo de las cabronas hay una división: las leales y las que no lo son, así que al igual que me cagan las mujeres pendejas, también me cagan las cabronas traicioneras. Y respecto al tercer dicho, es una alusión directa al poema (“Me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o pasas de higo”), y la verdad sí he encontrado a dos mujeres que me han hecho volar.

6. A veces pienso que debo creer en el karma, ¿por qué? Porque yo nunca he sido culero con las mujeres, salvo una vez. Hace mucho tuve una novia y le puse los cuernos... historia larga y complicada, el chiste es que creo que la culerada que le hice hace 8 años la sigo pagando. Las facturas del karma son de agiotistas. Tanto así que a esa fue a la única mujer que yo corté, todas las demás siempre me han cortado a mí. Mucho tiempo busqué a aquella chica para ofrecerle disculpas, pero perdí mi cel con su número, se cambió de casa, etc...

7. He aprendido que el mundo es demasiado chico. Cosas que pasan en Argentina, Chile, Cancún o Bélgica repercuten en México, o al menos llega nos chisme. No es que uno se proponga "espiar" a determinada gente, pero siempre (al menos a veces pasa) hay alguien que te puede ver e ir con el chisme. Así que por eso mentir es algo que yo no hago; sé que cuando lo quiera hacer, alguien me va a ver y todo valió madres, así esté en China. Y si la regla general no es así, yo he tenido una suerte bien densa para enterarme de muchas cosas.

8. Con sólo dos veces que he amado realmente, mi corazón ya está más remendado que nada. posiblemente (a pesar de que el tiempo siempre lo cura todo) ya no aguantaría una tercera.

Los que invité:
http://articolajungla.blogspot.com/ Luillo
http://gustavoenriqueorozco.blogspot.com/ Gustavo
http://viajes-al-centro-de-la-mente.blogspot.com/ Juana
http://www.sergioloo.blogspot.com/ Sergio
http://mgcaballero.blogspot.com/ Marcos
http://noche-de-luna-moonfairy.blogspot.com/ Sandra
http://pensarymalpensar.blogspot.com/ Arvin y Aldo (vale x 1)
http://nosoyunafacil.blogspot.com/ Midori

jueves, agosto 09, 2007

Yo le dije: "Me da miedo que me rompas el corazón". Y eso fue lo que pasó al final.
¿Suena a cuento chino? Pues sí, en efecto, es un cuento chino que les pienso contar —al menos la parte que me sé.
Estamos en la China de Lao Tse: el ying y el yang nadan en los arroyos, las mátemáticas se huelen en el aire, las calles con medidas astronómicas reflejan el poder del Emperador, y las flores en los jardines son en realidad mariposas. Si un hombre se parara en la cima de una montaña y viera hasta donde su vista alcanzase, y después de varias jornadas llegara al sitio que vio desde arriba, para de allí nuevamente subir a la montaña más alta para ver lo más lejos que pudiese, e hiciera eso cien veces; aun así no acabaría de recorrer las tierras del Emperador. En todo ese terreno hay un pequeño reino con su castillo. Allí habitaba la princesa Xui con una amiga. La princesa Xui era una hermosa joven de pies breves y suaves. A ella le gustaba mucho el butoh, el kabuki y el no. También le gustaba adornar su castillo con flores que ella misma salía a recoger cuando el rocío apenas se despedía. Xui tenía pretendientes no sólo en su reino, sino en todo el imperio, incluso se han llegado a contar historias de algunos de tierras tan lejanas, que no había persona alguna en el imperio que las conociera. Pero la princesa ya estaba comprometida. Su novio era un valiente samurai que había ganado mas de mil batallas y sus victorias se cantaban, sin demerito de su fama y honra, en todas las plazas del imperio. Dicen que de un golpe podía tumbar un caballo y con su espada cortar diez hombres de un solo tajo. Más de cien nobles y plebeyas hubo que murieran por su desdén, y con todo Xui no lo amaba. La princesa Xui era libre e independiente, añoraba el vuelo de las aves que veía desde la ventana de la torre más alta del castillo, quería ser como ellas, no tener ataduras, vivir en el cielo. Un día, mientras Xui observaba cómo las aves danzaban en el aire y bajaban a beber haciendo piruetas a un arroyo cercano, vio que Ma You You, su prometido, venía cabalgando un hermoso corcel al frente de su ejército. Xui no quería verlo, así que corrió escaleras abajo hasta encontrarse con su amiga Lauli. Xui le pidió a Lauli que, cuando Ma You You preguntara por ella, le dijera que estaba indispuesta y no podía bajar a recibirlo. Y en efecto así pasó: Ma You You bajó de su caballo, tocó a la puerta del castillo y Lauli le anunció que ese día no podría ver a su prometida. El valiente guerrero habló con sus generales y, al informarles que no vería a la princesa Xui, les concedió licencia para que los ejércitos se solazaran en los jardines reales, y las bestias bebeiran agua de los arroyos y todos descansaran; mientras él, valiente samurai, mantendría guardia de honor bajo la ventana de su amada. La princesa Xui, en lo alto de la torre, estaba muy triste porque no había salido a cortar flores ese día y además no podía asomarse ni a la ventano porque, si lo hacía, Ma You You se daría cuenta de que no estaba en cama como Lauli le dijo y exigiría verla. En la tarde que muere, un vigía llegó con su último aliento a los pies del samurai y le informó sobre los movimientos rebeldes. Ma You You juzgó oportuno el momento y decidió interrumpir la guardia para acabar con la resistencia: rearmó sus ejércitos y se fue por donde nace el sol. Por la ventana, Lauli miró al último soldado desaparecer en el horizonte y le dijo a Xui que ya podía asomarse. Xui miró con tristeza las flores marchitas y le pidió a Lauli que la acompañara a cortar flores frescas. Las dos mujeres fueron cerca del río y, una vez recogidas las flores, se sentaron a platicar en la ribera. Una voz llegó a los oídos de Xui. Shhh... —le dijo a Lauli. Ésta se calló y ambas pudieron oír mejor la voz de un hombre que cantaba algunos versos acompañado de su laúd. Las mujeres se acercaron.
¿Quién eres, buen hombre? —dijo la princesa.
Yo soy Pe Ka, el poeta —contestó.
¿Acaso sois vos el que cantabais? —preguntó de nuevo.
Si acaso eso os molestáis yo sé callarme —replicó el poeta.
Oh, no, por favor, sigue que queremos oírte —terminó Xui.
Las dos mujeres se sentaron junto al poeta que tomó el laúd y los versos de los viejos poetas y comenzó a cantar. Varias veces se crizaron los ojos de Pe Ka y Xui, y varias veces en ellos el corazón palpitó de júbilo. Cuando el poeta hubo terminado de cantar los versos, la princesa le dijo muchas cosas, entre ellas que era princesa. Pe Ka entendió que, a pesar de que el corazón le dijo que ella podría ser la indicada, una princesa era volar muy alto para un poeta pobre como él. Lauli intervino en la plática diciendo que, además de ser princesa, ella era la prometida del gran Ma You You. Pe Ka entendió que esa mujer de pies hermosos, nunca sería suya. Así que con los ánimos del mejor conversador les platicó un poco de su vida. Xui y Pe-Ka se sorprendieron cuando se percataron de que compartían la misma afición por el kabuki, el butoh y no. De nuevo sus miradas se crizaron y refulgieron desde el corazón. Fue entonces que Pe Ka, obviando descaradamente a Lauli, le platicó a Xui que un poeta amigo suyo estaba ofreciendo algunas funciones de kabuki en un pueblo cercano y la invitó. La princesa Xui aceptó con gusto y, al canto de la lechuza, los tres se despidieron. Los días que siguieron a ése, la princesa despertaba contenta pensando en las palabras del poeta. Repetía los versos que le dijo de memoria y, cuando ésta fallaba, recurría a los libros para recitarlos procurándoles la misma entonación de que el poeta los dotaba. Estaba tan feliz la princesa, que no sólo no se negaba a recibir las visitas de Ma You You, sino que salía a recibirlo y en el camino le cortaba alguna flor. El samurai notó el cambio de su prometida y en un principio le encantó; pero después se dio cuenta de que Xui tenía la mente en otro lado cuando estaba con él. Sospechó lo peor, así que mandó a sus espías para vigilarla día y noche. Finalmente la cita para ir al teatro llegó y la princesa Xui no cabía de emoción. Había pasado todo el día cambiándose de trajes y probando perfumes. Tenía resuelto salir con todo y que Lauli le avisó de la presencia de los espías. Eso no le importó. Antes de medio día la princesa Xui ya estaba lista; sin embargo la emoción la tenía tan fatigada que tomó una siesta. Pe Ka estaba afuera del teatro esperando la llegada de Xui, las nubes se cernían anunciando una lluvia de primavera y la princesa que no aparecía. Xui se despertó espantada al ver la negrura del día. Salió de prisa pensando que el poeta ya se había ido. Ningún espía la siguió gracias a Lauli. La lluvia mojó completamente al poeta que seguía esperando afuera del teatro, ya habían dado la penúltima llamada, cuando su corazón coemenzó a latir como nunca antes en su vida: a lo lejos, corriendo con un vestido de holandas maravilloso, venía la princesa. Ambos salieron contentos de la función, a pesar de que Pe Ka había estornudado y todos lo voltearon a ver. Afuera, el poeta le pregunto a Xui si querría oír algunos versos suyos. Ella aceptó encantada. Y él le dijo los versos que sabía había escrito para ella aun antes de conocerla. Los corazones de los dos se salían de sendos pechos, pero nunca se dijeron nada, él por ser ella de nobleza, y ella por estar comprometida. Se siguieron viendo muchas veces muy seguido, hasta se mandaban palomas mensajeras, ella le mandaba recetas de cocina y él versos cocinados. Llegó el día de asistir al teatro nuevamente; pero esta vez el espía evadió la protección de la fiel Lauli y le avisó a Ma You You. El samurai encontró a su prometida y al poeta en el teatro que, como era a cielo abierto, no había dado función por la lluvia. El valiente guerrero no encontró alguna prueba de sus sospechas, porque no había, así que enfurecido por eso y por los celos, no pudo evitar la presencia del poeta quien encantado lo invitó, junto con la princesa, a beber un poco de sake. Al despedirse esa noche, Xui descubrió que en realidad sí estaba enamorada mas del poeta, quien a su vez descubrió lo mismo. Una noche hubo en que la princesa oyó el laúd desde la torre. Salió a sus jardines buscando aquellos versos y llegó hasta la ribera. Allí encontró al buen Pe Ka, que cantaba para sí las desventuras de haberse enamorado de una prometida ajena y además de la realeza. Xui, detrás de un árbol, oyó los versos del poeta y se enteró de que era correspondida; así que salió y saludó a Pe Ka. Él le dijo que cantaba algunas cosas de viejos poetas —sabiendo que ella sabía que no era cierto— y que lo perdonara por estar en sus jardines a esa horas de la noche. Ella no sólo lo perdonó, sino que lo invitó a cenar algo preparado por ella, algo de lo que alguna vez le había contado a través de una paloma. Cenaron en la torre del castillo para que Lauli no se diera cuenta de que había visitas. Y después de cenar, los dos pares de ojos no se pudieron contener y entrambos se hicieron el amor. Xui y Pe Ka se besaron. Antes del segundo beso el poeta se alejó.
No puedo —dijo.
Por qué no —preguntó alarmada la princesa.
Me da miedo que me rompas el corazón, no lo aguantaría —respondío Pe Ka.
Yo he soñado mucho contigo y con este momento. Yo te quiero mucho. Arriésgate por favor, vale la pena —dijo amorosa Xui.
EL poeta dubitó unos instantes y después la besó. Y entonces "se besaron a fuego lento, con la furia controlada de los ríos milenarios que no tienen prisa por llegar al mar*" y se hicieron el amor. La princesa y el poeta vivieron la mejor semana de sus vidas, llena de amor, de aventuras al evitar a los espías y a la propia Lauli. Una semana llena de esperanzas y promesas y de anhelos y alegrías. De súbito, una embajada sin previo aviso, orilló a salir a la princesa del castillo: debía atender asuntos administrativos de su reino: orden directa del Emperador. Antes de la despedida, el poeta salió con Xui al jardín de sus palacios y sembró una semilla de jazmín. Le dijo que la cuidaría durante su ausencia, y que la esperaría así el Emperador la retuviera varios meses, años, incluso décadas. Se despidieron con un beso y la garganta hecha un nudo.
Pe Ka se quedó inventando nuevos versos a su princesa amanda, también escribía (aunque no era su género) una novela que mandaba por entregas con palomas mensajeras acompañando sus cartas. Al principio la palomas regresaban con respuestas, después sólo monosílabos y al final ya no volvían. El poeta se gastó una buena parte de su hacienda comprando más palomas (que eran caras) para enviar, pues temía de los azores y las águilas. Nunca una respuesta. El poeta dejó las letras para incursionar en las ciencias, se disponía a inventar el telégrafo antes de tiempo para mandar un telegrama y lo logró, mandó un telegrama. Nunca hubo respuesta, así que regresó a las letras y a las palomas mensajeras. De pronto un día, ya sin esperanza, vio volar un ave que se posó en su ventana: era una de sus palomas. Sólo unas líneas: "Estoy encinta y soy doncella". Al poeta se le heló la sangre, el samurai querría matarlo, la princesa querría matarlo; él mismo quería matarse. Pero no lo hizo, vendió todos sus versos por pocas monedas y compró palomas, muchas palomas. A todas les ató mensajes donde respaldaba la decisión de la princesa y le refrendaba su amor, que no lo dejara. Obviamente los mandaba en clave por si alguno caía en manos de espías. Por fortuna ninguno cayó: todos llegaron a la princesa; y la princesa llegó. El poeta no se enteró de su llegada hasta que fue a su casa y vio el jazmín roto: alguien lo pisó. Lauli le informó de la llegada pero le denegó el acceso. Y así estuvo el poeta buscando a Xui incansablemente; hasta desempolvó el telégrafo para mandar mensajes a la torre. Pero nunca hubo respuesta. Cierto día el poeta se armó de pantalones y fue a buscar a la princesa una mañana. La encontró cortando flores aún con rocío. Allí le dijo Xui a Pe Ka que no llorara, que seguirían siendo amigos, pero no más y tampoco padres. Eso último al poeta no le preocupaba, él sólo quería seguir con la mujer que finalmente su corazón le había dicho que era la elegida (o the chosen one, como se dice hoy). Pero ella nunca le creyó. Al parecer, cuando estuvo con el Emperador, algo pasó que las palabras del poeta perdieron veracidad, ya no le creía cuando él decía que la amaba y tampoco palpitaba más su corazón cuando sus versos le recitaba. Ella misma dejó de amarlo y como ella no podía, no lo creía capaz de que él siguiera amándola.
Y es allí donde acaba este cuento, al menos hasta donde yo me sé. Se los juro que no es flojera, sólo hasta allí me contaron. Si alguien más se sabe el final de la historia, porfavor dígamela, para poder terminar de contarla la próxima vez. O a lo mejor se la puedo decir al poeta que, según se sabe, tampoco la supo.
Ahhh, algo más recuerdo. Parece que la tal princesa dejó de amar, decepcionó al samurai y a todos los pretendientes. PEro más de eso no sé, quizás no acabó mal la historia del cuento chino, pero cómo saberlo si el cuento estaba en chino y fue hace muchos años. Quizá al final la princesa nos haya dejado un diario.

*Enrique Serna. Ángeles del Abismo.

miércoles, agosto 08, 2007

[Título provisional:]

La señorita del puerto.


[epígrafe provisional:]

¿cómo será posible que nada te conmueva
que no haya lluvia que te estruje ni sol que rinda tu fatiga?
[...] Si desde entonces busco tu imagen que era solamente mía
[...]Lloro porque eres tú para mi duelo
y ya te pertenezco en el pasado.
NALGADOR SOVO, Poesía.

[Dedicatoria provisional:]

Lo escribí para ti, señorita A,
antes de conocerte y después
de que me olvidaras.



Despierto para no ser visto.
Nauseabundo.
Viajero trashumante de la vida
que se aferra al puerto lejano, rutilante.
Desolado.
Marino sin deriva y sin alisios.
Derrotero derrotado.
Despierto para no ser visto
una mañana gris con día soleado.
Un cielo huero, un corazón sin nubes.
De todos modos hay garúa en el rostro.
Dejad que pase el aire de las sienes
como anduvo Don Quijote.
Y respirad el aire aun en las postrimerías
del lecho.
¡Y cuando la vida se interrogue
sobre su existencia,
contestad con sorna e ironías!
--o--
La flor no hiede; perfuma.
El día no abrasa, la noche cobija.
Tus manos hospitalarias hacen gala de provincia
y tu mirada húmeda, tu sonrisa diáfana,
azimut son del horizonte
(faro de puerto).
Guía polar de madrugadas
con vigilias, ojos serenos,
bombillas eléctricas y silencio categórico.
El diafragma
magnetiza al
segundero.
El cucú se fue de viaje en el crucero
último que se hizo al mar.
Las olas ya no llegan, el viento se fue.
(Una última ráfaga traía de lastre
olores rancios de cocina.)

sábado, agosto 04, 2007

Son las 4:20 am (sí, del mismo día*) y sigo despierto cuando debiera estar dormido.
Esta semana ha sido duro conciliar el sueño, leer, estar atento.
Sin duda espero que cambie.
Pero a ver, ¿por qué los bloglectores de este blog nunca opinan nada?
Por lo menos podrían poner posts echándome porras o mentándome la madre, ¿no?
En realidad me importa un pepino y, como sólo escribo por mi insomnio sin tener realmente nada qué decir, mejor me largo.
Cambio y fuera.


*Si les interesa investiguen a qué me refiero.

lunes, julio 30, 2007

He escrito un poema.

Hace dos días discutía con tres poetas más acerca de poema y poesía. Uno de ellos decía que no es lo mismo poema que poesía, refiriéndose a la estructura como artificio. Yo difiero, no dije nada porque entendí lo que quiso decir. Sin embargo opino que hay cosas que parecen poemas pero no lo son porque carecen de poesía. Hoy escribí algo. Tengo la mente tan nublada que no sé si es poema (refiriéndome al artificio) o poesía. Y no me importa, sólo sé que lo sentí. Hoy deberé entregar ese poema, si no lo entrego quemaré la hoja y el mundo jamás lo volverá a ver. Pero antes de que eso pase lo pondré en esta entrada por unas horas. Entréguelo o no, lo borraré de esta entrada más luego.



[Aquí debería estar escrito tu poema.]
Sin embargo el original aún no lo quemo.

viernes, julio 20, 2007

La escritura y la lectura.
Pareciera que... No, no parece: la escritura y la lectura son la razón de mi existencia, sin embargo debo confesar que en el último mes mi nivel de lectura ha bajado casi a 0, salvo por algunos capitulitos del Quijote no he leído nada de nada. Me la he pasado en el desmadre y en la hueva. ¿Por qué? No lo sé, como que no he andado bien anímicamente. ¿Será depresión? Puede ser en un modo moderado, pero sí, me de hueva hacer de todo. Hace poco chateando con Licha recordé una vieja palabra: ñoñoricoso; digo vieja porque no la oía, pensaba o decía desde mis épocas de ñoñoscout. (¿Similitud?) Y ahí descurbrí que mi pasión por las palabras ha bajando este mes... El poema (o sea: EL POEMA) que estoy escribiendo está en pausa permanente. Hay algo que no cuaja. Además el círculo de lectura de Gandhi, casi al año de unirme, ya me dio hueva y lo mandaré al diablo, al menos por un rato (además ya no dejan fumar en gandhi, qué mamada, ¿no?) Sé que necesito escribir y leer, pero no me sale. Yo sé la causa, es algo que, aunque sí me ha dejado dormir, me ha tenido un poco en vigilia o sonambulismo mental.
Lo bueno es que ya empiezo en la escuela de nuevo y eso agilizará mis neuronas nuevamente. Y admeás trabajo en un largometraje que espero se haga, pero ouch... como que la hueva gana a pesar de que no quiera. Es más, como que me estoy volviendo adicto a estar frente a la laptop sin hacer nada. Ni siquiera chatear. Pero buneno, espero que pronto pase porque compré Mira si yo te querré de Luis Leante y le traigo unas ganas que, pa qué les cuento. Sólo que cada que lo abro no me dan ganas de leer. Admás debo trabajar en mi propia genial novela que será un premio muy importante. No la he querido trabajar más hasta que me resuelvan algo en el fonca, pero sí... creo que ya va siendo hora del nuevo despertar literario mensaual, jejeje.
Saludos a la bandera y no dejen de leer mi otro nuevo blog.

sábado, julio 14, 2007

YA NO SOY PUTO.
Sobre la redención de la apuesta* que me obligaba a tener en mi nick del msn la leyenda "soy puto y qué"; a mí y a otros tres más. Sin embargo para saber esto tendrán que ir al nuevo blog propiedad de la bandera.... Visiten http://pensarymalpensar.blogspot.com Allí se enterarán.


*Si no saben nada de dicha apuesta revisen la penúltima entrada del blog, obviamente sin tomar en cuenta ésta.

viernes, julio 13, 2007

El grandioso artículo 16 constitucional.

Resulta que el jueves pasado, después de salir de nuestra junta semanal de la asosiación de estudios históricos y militares a. c., íbamos en el auto el Juánatan, Arvin, Mario y yo discutiendo acerca de las insensateces y cambios de tema que Octavio había hecho en la junta. El objeto de esa junta era, en teoría, el análisis del libro Mein Kampf; sin embargo todo se arruinó cuando Ocatvio metió el tema del EPR y los bombazos a los oleoductos de PEMEX. Como se podrán imaginar todo acabó en miscelánea política, fiscal, etc... De todo menos del tema objeto de esa reunión. Bueno, en eso íbamos cuando nos encontramos Periférico cerrado por reparaciones y nos tuvimos que desviar por Irrigación para salir por Cervantes hasta el Circuito. Y fue durante ese trayecto cuando una patrulla nos da alcance y nos pide orillarnos. Ganas de chingar, seguramente. Aunque para hacernos orillar y verificar los datos del conductor sí están facultados por el reglamento de tránsito, así que sin pedos nos orillamos. Uno de los policías
se acerca a la ventanilla de Arvin, que era el conductor, y le dice que es una revisión de rutina, que nos van a revisar a nosotros y al vehículo. Ahí fue cuando nos pusimos pendejos. Amablemente le dijimos que se chingaba pero no. Se sorprendió un buen al no esperar esa respuesta, como que no lo creyó y trató de explicarnos que había un operativo por el cual tenía que revisarnos a nosotros y al vehículo, además nos hizo la apología de que todo era por nuestra seguridad, que comprendiéramos, etc. Pero se volvió a quedar de a seis cuando le reiteramos, muy amablemente nuestra negativa. Fue entonces que esgrimimos nuestros argumentos legales, es decir, le dijimos que ni a chingadazos nos podía revisar ni a nosotros, ni nuestros papeles, ni el vehículo, porque así lo establecía el artículo 16 de la carta magna; a lo que el tira respondío que su operativo y que tenía órdenes y que mamada y media. Le dijijmos que él debería traer una costitución, que la revisara, entonces él dijo que el artículo 2 del reglamento de tránsito, blah, blah, blah.... (Lo que el pendejo no sabe es que nosotros sí leemos las leyes, y que el art. 2 de dicho reglamento sólo dice cosas como "Se denominará peatón a la persona...", "Se entenderá por lugar prohibido...", "Se denomina condutor al..." O sea, que no mame.) Y se mantuvo en esa posición y en que el operativo y etcétera, así que nos teníamos que fletar a la revisión porque no le importaba que la constitución dijera eso, porque había otras leyes que lo facultaban para revisarnos. Entonces le dijimos que el artículo 133 de la carta magna decía que si hay controversia en las leyes, aplica la jerarquía, donde siempre se sobrepone la constitución a todas. Total que frustrado y encabronado, llamó a su pareja, que llegó a la otra ventanilla como queriendo ser el héroe. "¿Algún problema, caballeros?" Y le dijimos la misma perorata, agragando que su colega quería revisarnos a huevo y que eso era una violación de las garantías undividuales. Entonces dijo: "Bueno, no más permítamne sus identificaciones por favor", a lo que le dijimos que nel nuevamente. Sólo Arvin le enseñó la licencia porque él, como conductor, sí está obligado a eso, pero sólo a eso. Vieron que no nos iban a sacar dinero, que estábamos dispuestos a ir al MP por defender los derechos y que no iban a lograr nada; aparte de que todos traíamos pinta de abogadillos. Total que desistieron y sólo nos dijeron "Váyanse con cuidado". Jejejeje, qué divertido estuvo.
Pero sí, que no chinguen. Es bien cierto que el DF es una ciudad con muchos problemas de delincuencia, y que esos operativos ayudarían a bajarla, de hecho lo han ayudado. El Estado tiene la obligación de ofrecer seguridad a sus ciudadanos, pero no a costa de violar sus garantías individuales, así que se busquen otra forma de ofrecer en vez de querer violar los derechos de cuidadanos honestos agarrando por parejos a todos. Si lo solapamos al rato vamos a ver que para entrar a un domicilio ya no se usarán la orden de cateo, o exagerando, en un futuro podemos volver a épocas inquisitoriales donde bastaba apenas una leve sospecha para poder encerrar a alguien en el tambo e instruirle juicio (a veces ni eso). En fin, los dejo con los artículos que mencioné por si acaso no los conocían, para que los usen y se defiendan.
Sólo una cosa más, si llegan a estar en ese caso, hagan lo mismo, total, si los llevan al MP no los pueden tener más de 72 horas; y cuando salgan pueden meter a quien les hizo eso al bote y de allí no salen hasta que concluya un juicio que puede durar mínimo y si les sale bien, 6 meses. Así que ustedes decidan, ¿valen la pena 72 horas por 6 meses de justicia y de enseñarle al gobierno que no va a pisotear los derechos de sus ciudadanos cuando se le dé la gana? Y una sugerencia: si les pasa eso (ojalá que no) vayan a un MP federal, para evitar corrupción, amiguismos y compadrazgos, para lograr que se haga justicia.
Chau...
Artículo 16. Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal de procedimiento.

No podrá librarse orden de aprehensión sino por la autoridad judicial y sin que preceda denuncia o querella de un hecho que la ley señale como delito, sancionado cuando menos con pena privativa de libertad y existan datos que acrediten el cuerpo del delito y que hagan probable la responsabilidad del indiciado.

La autoridad que ejecute una orden judicial de aprehensión, deberá poner al inculpado a disposición del juez, sin dilación alguna y bajo su más estricta responsabilidad. La contravención a lo anterior será sancionada por la ley penal.

En los casos de delito flagrante, cualquier persona puede detener al indiciado poniéndolo sin demora a disposición de la autoridad inmediata y ésta, con la misma prontitud, a la del Ministerio Público.

Sólo en casos urgentes, cuando se trate de delito grave así calificado por la ley y ante el riesgo fundado de que el indiciado pueda sustraerse a la acción de la justicia, siempre y cuando no se pueda ocurrir ante la autoridad judicial por razón de la hora, lugar o circunstancia, el Ministerio Público podrá, bajo su responsabilidad, ordenar su detención, fundando y expresando los indicios que motiven su proceder.

En casos de urgencia o flagrancia, el juez que reciba la consignación del detenido deberá inmediatamente ratificar la detención o decretar la libertad con las reservas de ley.

Ningún indiciado podrá ser retenido por el Ministerio Público por más de cuarenta y ocho horas, plazo en que deberá ordenarse su libertad o ponérsele a disposición de la autoridad judicial; este plazo podrá duplicarse en aquellos casos que la ley prevea como delincuencia organizada. Todo abuso a lo anteriormente dispuesto será sancionado por la ley penal.

En toda orden de cateo, que sólo la autoridad judicial podrá expedir y que será escrita, se expresará el lugar que ha de inspeccionarse, la persona o personas que hayan de aprehenderse y los objetos que se buscan, a lo que únicamente debe limitarse la diligencia, levantándose al concluirla, un acta circunstanciada, en presencia de dos testigos propuestos por el ocupante del lugar cateado o en su ausencia o negativa, por la autoridad que practique la diligencia.

Las comunicaciones privadas son inviolables. La ley sancionará penalmente cualquier acto que atente contra la libertad y privacía de las mismas. Exclusivamente la autoridad judicial federal, a petición de la autoridad federal que faculte la ley o del titular del Ministerio Público de la entidad federativa correspondiente, podrá autorizar la intervención de cualquier comunicación privada. Para ello, la autoridad competente, por escrito, deberá fundar y motivar las causas legales de la solicitud, expresando además, el tipo de intervención, los sujetos de la misma y su duración. La autoridad judicial federal no podrá otorgar estas autorizaciones cuando se trate de materias de carácter electoral, fiscal, mercantil, civil, laboral o administrativo, ni en el caso de las comunicaciones del detenido con su defensor.

Las intervenciones autorizadas se ajustarán a los requisitos y límites previstos en las leyes. Los resultados de las intervenciones que no cumplan con éstos, carecerán de todo valor probatorio.

La autoridad administrativa podrá practicar visitas domiciliarias únicamente para cerciorarse de que se han cumplido los reglamentos sanitarios y de policía; y exigir la exhibición de los libros y papeles indispensables para comprobar que se han acatado las disposiciones fiscales, sujetándose en estos casos, a las leyes respectivas y a las formalidades prescritas para los cateos.

La correspondencia que bajo cubierta circule por las estafetas estará libre de todo registro, y su violación será penada por la ley.

En tiempo de paz ningún miembro del Ejército podrá alojarse en casa particular contra la voluntad del dueño, ni imponer prestación alguna. En tiempo de guerra los militares podrán exigir alojamiento, bagajes, alimentos y otras prestaciones, en los términos que establezca la ley marcial correspondiente.

Artículo 133. Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emanen de ella y todos los Tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el Presidente de la República, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda la Unión. Los jueces de cada Estado se arreglarán a dicha Constitución, leyes y tratados, a pesar de las disposiciones en contrario que pueda haber en las Constituciones o leyes de los Estados.

domingo, julio 08, 2007

Soy puto y qué.
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¿Dudas al respecto? Imagino que sí. Sin embargo antes debo aclarar qué es esto, porque no todos los bloglectores saben a qué me refiero. Hablo sobre el nick que he puesto en mi messenger y que estará allí por 15 días (Pacus boreae. Soy puto y qué).
Bien, pues todo se desprende de una salida. Al principio íbamos a salir a un bar de arañas en sateluco donde el valet, el guardarropa, barra libre (cognac, whisky, ron...) y propina están incluidos por $220. Pero bueno antes de decidirnos siempre hacemos la ronda de navegación, en que pasamos frente a varios bares y antros a ver por cuál nos decidimos. Esta vez la ronda no llegó a su fin, pues a media ronda alguien dijo "pues vamos al Bull" (Bulldog, en Revolución). Esa voz tomó eco y partidiarios de inmediato. Surgieron algunos pretextos, pero todos se solventaron en menos de dos minutos y, de pronto, ya estábamos conduciendo bajo una tormenta rumbo al Bull —en adelante perro. (Aquí es bueno hacer un paréntesis que aclarará todo: Resulta que antes de salir, como una forma de presionar a Mario por sacar una vieja, todos —Luis, Arvin, yo [Oscar no, por puto]— hicimos una apuesta: puto el que no sacara vieja. Inició todo en que lo mínimo sería sacar un beso, total que para hacerlo fácil acabamos en que sólo el teléfono.) Cuando llegamos al lugar todos estábamos como perros en las ventanas viendo a chicas muy lindas, sin duda el Perro es el lugar donde acuden las mejores chicas de la ciudad.
Ya dentro del perro, como buenos bebedores nos hicimos a huevo un espacio cerca de la barra y allí nos quedamos. Nuestro círculo estaba contiguo al de Olallo Rubio que se pasó toda la noche allí junto a nosotros (jejejeje, el wey ya bien pedo se ponía a cantar las rolas más cursis y fresas, ¿dónde se le quedó lo roquerón?). Las pocas veces que se deshacía el grupo era para ir al baño, o porque algunos cabrones se metían allí, pero el Mario los quemaba con el cigarro. Nos la pasamos de huevos chupe y chupe, chistes y chistes, pero nadie se esmeró en sacar vieja. Digo, todos contentos dándonos unos tacos de ojo que no ma#$#%&$###$#%$!!!!! Sobre todo una mesera que se trepaba a la barra. Y tampoco era ir sobre las viejas porque ellas venían sobre nosotros literalmente, estaba tan aperrado el lugar que cuando pasaban las chicas, nos untaban todo. Bien, a los que nos truje. Pues el Luis no sacó porque tiene vieja. Arvin porque acaba de tronar y no tiene ganas de vieja por el momento. Oscar por puto y porque tiene vieja. Yo no saqué vieja ni hice el intento siquiera (y eso que una de amarillo me lanzaba miraditas) porque en este momento debo lealtad y fidelidad a una chica. Si no fuera por eso pues no hubiera perdido. Y bien, el único disponible era Mario, el origen y la causa de la apuesta, y no sacó nada. Así que todos cuatro perdedores tenemos que poner en el nick del msn la leyenda "soy puto y qué" y mantenerla por 15 días. Y como yo sí cumplo las apuestas porque, precisamente no soy ningún puto, pues por eso está así mi nick. Supongo que aclaré la duda.
Hasta la próxima.
Por cierto, muchos besos a "esa" chica por la cual no ligue. ¡tqm!

viernes, julio 06, 2007

Esta entrada es un poco extra fuera del blog. ¿Por qué? Porque es como autopropaganda. Como muchos de ustedes ya saben, yo hago guiones y los vendo para la televisión. Mi última producción fue para la serie Lo que la gente cuenta de TvAzteca. Aquí pondré el vínculo del video de un avance de un guión mío. Lo pondré porque esta es la 3era. temporada y posiblemente la última. (Ojalá que no.) Bueno, les dejo el vínculo. (Por supuesto les aviso, a ver si alguien puede verlo, el programa sale hoy por canal 7 a las 23 horas.) http://www.tvazteca.com.mx/servicios/videos/secciones/entretenimiento.php?ckey=05a7babc298b31697146&tsp=8cae4652b10e89101482&tv=83a471ad24c08e9c37d0&Opt=2&Opt2=11

miércoles, julio 04, 2007

La escritura y los escritores.



Escritores. Así nos llamamos algunos. Yo ya llevo algo de tiempo en esto que es la talacha de las letras. Claro, no llevo mucho si se compara mi caso con algunos escritores de larga tradición. Pero ellos como yo y como todos, empezaron alguna vez, y esa vez fueron escritores nóveles. Nadie sabe a ciencia cierta cuándo es un escritor incipiente. Recuerdo que, por ejemplo, en mi caso, yo decía cuando me preguntaban: «a qué te dedicas», «quiero ser escritor». Pero cuándo uno deja de querer ser escritor para ser escritor. Obviamente esto no pasa al momento de publicar por primera vez o al ganar un concurso. Considero que el cambio se da cuando uno mismo responde a la pregunta de arriba «soy escritor». Uno podrá ser bueno, malo, pésimo; escritor a fin de cuentas. Alguna vez un colega se burló de mí porque, estando con él, me presenté ante un tercero como poeta. Eso podrá llevar la discusión a otro lado, pero creo que básicamente es lo mismo pero a un nivel un poco más alto. Digo, yo he publicado en varios lugares muchas veces. Estoy antologado en libros, etc... Sin embargo aunque no hubiera publicado ni en un blog seguiría siendo escritor y poeta. Así mismo están varios. Tal vez en este blog aún no tenga tantas visitas como en el otro de escritores nóveles que me contactan para mil cosas. De todos modos quiero publicar en este blog una lista de reglas que me llegaron, muy simpáticas, y de las cuales ya soy partidiario en extremo. Los escritores de antaño, los de ahora y los del futuro siempre fueron nóveles alguna vez —tal vez exeptuaré al Poeta alemán, a Rimbaud y al Conde de Lautrémont—; y para todos ellos lo siguiente siempre aplica.

I. Todo escritor incipiente tiene el derecho a escribir lo que le venga en gana.

II: Todo escritor incipiente tiene la obligación de escribir lo mejor que pueda.

III: Todo escritor incipiente tiene la obligación ineludible de aspirar a escribir LA OBRA (con mayúsculas, como le gustaría a Cyril Connolly). Esta OBRA puede abarcar desde un cuento o un poema genial hasta 30 ó 40 novelas magistrales. Lo que importa es la aspiración. Si lo logra, ya es otro asunto.

VI. Todo escritor incipiente tiene el derecho de leer lo que le venga en gana (entre más lea, mejor), siempre y cuando estas lecturas incluyan dosis generosas de libros clásicos (¿qué es un clásico?, es como lo define Italo Calvino: “todo aquel libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir”, no importa si fue escrito apenas antier o hace 2,500 años).

V. Todo escritor incipiente tiene derecho a ser feliz, vivir dignamente y no morirse de hambre por consagrar su existencia al arte literario (incluso si una vida indigna y desdichada y la inanición pudieran convertirse en valiosa materia prima para sus obras).
Son legítimos los siguientes medios para hacer cumplir este derecho: la manutención paterna incluso a edad avanzada, la herencia familiar, el matrimonio por conveniencia, el mecenazgo interesado, la búsqueda descarada de premios y becas mediante influyentismo y amiguismo, el lenocinio, el crimen individual u organizado, el periodismo, el guionismo, la publicidad, el trabajo editorial, la corrección de textos, la traducción, la escritura fantasma y otras formas legales de esclavitud, siempre y cuando el escritor atienda lo establecido en los primeros cuatro parágrafos de este dodecálogo.

VI. Todo escritor incipiente tiene la obligación de obtener los conocimientos necesarios para dominar sus herramientas de trabajo y alcanzar la maestría en el oficio literario, no importa si los obtiene en forma autodidacta, en talleres literarios o escuelas de escritores. Tiene derecho a cometer errores por inexperiencia o desconocimiento, pero está obligado a corregirlos inmediatamente y no repetirlos en obras subsecuentes.

VII. Una vez que se ha apropiado de estos conocimientos, el escritor incipiente tiene la obligación de olvidarse por completo de ellos y escribir con plena libertad lo que le venga en gana, incluso a sabiendas de que con lo que escribe está rompiendo las reglas gramaticales, la tradición literaria, los géneros, las estructuras o el lenguaje mismo. Se pone énfasis en que sólo se tiene derecho a hacer lo anterior a sabiendas de que se está haciendo y con una intención (definida o indefinida). De ninguna manera tiene permitido hacerlo por desconocimiento, chabacanería o querer pasarse de listo.

VIII. Todo escritor incipiente tiene derecho a retomar y utilizar en sus obras recursos y descubrimientos aparecidos en obras de otros autores; de preferencia de aquellos considerados como los mejores. Este aprovechamiento legítimo será denominado genéricamente como “influencia”, con los siguientes niveles:
a) Si la influencia es leve, pero claramente reconocible, se le denominará “tradición”.
b) Si la influencia es descaradamente obvia, se le denominará “homenaje”.
c) Si la influencia es múltiple y heterogénea, se le denominará “hipertextualidad” o “diálogo intertextual”.

IX. Todo escritor incipiente tiene derecho a tomar como tema o incorporar en su obra referencias a cualquier otro campo de experiencia vital que no corresponda necesariamente al campo literario, tales como las caricaturas, las series de televisión, el habla y la cultura popular, la música juvenil, el cine hollywoodense, los comics, la Internet, los juegos de video, los gadgets tecnológicos, etcétera, sin que por ello se le tilde de “superficial”, “hueco”, “infantil”, “posmoderno”, “light”, o cualquier otra clase de paparrucha que se les ocurren a los críticos literarios “serios” cuando, por ignorancia, holgazanería o esnobismo, no tienen la más peregrina idea de a qué aluden dichas referencias.

X. Es plenamente legítima la aspiración al best-seller. El primer (y más importante) juez de una obra literaria es el lector. Si una obra tiene muchos lectores, algún valor (incluso pequeño) ha de tener. El escritor incipiente está obligado a rechazar el mito de que si nadie entiende lo que escribe (y por lo mismo nadie lo publica) se debe a que es un genio o está adelantado a su tiempo, ya que, en el caso de un escritor incipiente, la probabilidad de que lo anterior sea cierto es dramáticamente nula. Si nadie entiende todavía Finnegans Wake, es porque lo escribió James Joyce, que sí era un genio.

XI. Todo escritor incipiente tiene el legítimo derecho a utilizar los medios necesarios para que su obra sea conocida por el mayor número de personas, incluso si para ello tiene que recurrir a estrategias que aún no han sido integradas plenamente al sistema tradicional de la industria editorial, tales como la autoedición, la edición digital y la distribución electrónica, las páginas web, los blogs, la multimedia, etcétera, y sin que por ello el escritor sea tachado de “ingenuo”, “chabacano” o “poco serio”.

XII. (Derogado).

sábado, junio 30, 2007


Fe de erratas.
(O fe de ratas, como quieran.)
Sí, lo sé, la cagué y lo acepto. No tengo disculpas ni perdón, pero sí pretexto, cuando escribí la entrada anterior moría de sueño. Pero nada basta para solapar mi pendejada. En la pasada entrada afirmé que la obra Los locos de Valencia era obra de mi tocayo Francisco de Quevedo y no es así. Es obra del buen Lope de Vega. Bueno, corregido el siniestro espero me disculpen. Afortunadamente aún nadie dejó comentarios percatándose de mi error. Hablando de esa obra nuevamente, les recuerdo que mañana es la última función, no se la pueden perder, neta. Yo la fui a ver hoy nuevamente. Iría mañana pero ya es mucho.
Bueno, baste esto como mi fe de idiotez. Vale.

viernes, junio 29, 2007



Las palabras son algo que me mata —cosa consabida. Y si leyeron la entrada pasada se habrán dado cuenta de que hubo una palabra que no encontré en nigún diccionario. Dicha palabra, les recuerdo, está documentada en la obra de Bernal Díaz del Castillo (La historia verdadera de la conquista de la Nueva España) en el capítulo XVI. Continúo la historia: después de mi fallida búsqueda por propios y ajenos diccionarios, le pedí de favor a varias personas (doctrores —nótese: no médicos—, poetas, dramaturgos, filólogos y filósofos) que me hicieran el favor de ayudarme a encontrar el significado —ninguno lo halló. De verdad que me quitaba un poco el sueño. El departamento de «Español al día» de la Real academia española tampoco dio con el significado, al menos no pronto. No fue sino hasta su tecer intento que hallaron el significado. ¡Vaya que esta vez sí los puse a devengar su sueldo! Bueno, ya... Sin más preámbulos les transcribo lo que me mandaron:

«El Diccionario histórico de la lengua española trae el artículo anguijuela, con las variantes ynguixuela, enguixuela, anguixuela, ynguijuela e inguijuela. Se define como 'cepillo bocel' y se documenta en textos desde el siglo XV hasta el XVI (incluido el que usted menciona de Díaz del Castillo). Modernamente solo aparece en el Vocabulario andaluz de Alcalá Venceslada como 'cepillo con hierro de mediacaña para las molduras y cordoncillos en redondo'.
» Reciba un cordial saludo.
»========
»Departamento de «Español al día»
»RAE».

Cómo ven. Y sí, el saber el significado me hace muy feliz, neta que sí.

En otras cosas les cuento que fui a ver Los locos de Valencia de Francisco de Quevedo. Una maravilla de montaje. Hace tiempo —y por acá tal vez habrá lectores que lo constaten por haberme acompañado =), o beber conmigo después del fallido intento— fui a verla, pero gracias al paro del ISSSTE que se puso afuera del Julio Jiménez Rueda (en el monumento a la Revolución) no la pudimos ver. Creí que ya había valido queso. Sin embargo hoy me entero gracias al 94.5 que habían cambiado la puesta al Wilberto Cantón (hogar de mi bien ponderada SOGEM). Así que fui. ¡Una maravilla, de verdad que es una maravilla! No dejen de verla. Sus últimas funciones son mañana sábado y el domingo (7pm y 6pm respectivamente). Además es ¡gratis!, cortesía de SOGEM. En serio vayan, y si no les gusta, dejo que me revienten un huevo en el pelo. Y si son hombres hay dos actices qué pa qué les cuento, se enamorarán de ellas: Sharon Zundel y Paola Izquierdo. (Lo digo por su buena actuación, claro —jejeje, sí claro—.) No, ya en serio, todos actúan de maravilla, pero ellas dos (y el protagónico, Antonio Rojas) se lucieron y se llevan la obra. (Algo más de Sharon Zundel quiero decir: Ella me resultó en extremo familiar —y no, no pensé en que fue una novia mía a la que olvidé, aunque sí está muy bonita—, pero no la lograba ubicar. Jejeje. Eso que se te hace alguien conocido pero no das nunca de dónde y quizá hasta llegues a pensar que lo topaste en otra vida o ridiculeces kind of. Pero al escribir esto lo recordé: Ella fue de lo poco bueno que vi en otra obra, una de Brecht. Y digo poco bueno no por la actuación, ni el vestuario ni nada de eso, sino la propia obra La buena persona de Sezuán, que me caga como casi todo lo de Brecht. Y la dirección también me pareció mala en esa obra. Nunca vean nada escrito por Brecht, a menos que lo necesiten estudiar. Por cierto, esta obra la vi con la buena de Rachel que agora anda del otro lado del charco —saludos—. Pero bueno, volviendo al tema, Sharon sí la armó actuando en aquella obra y de ahí fue que la recordé. Y qué bueno, si no me hubiera quedado esa maldita duda como la de la palabra de la que hablo arriba.)

Bueno, hoy ando de ánimos de escribir un poco más, así que les contaré de mi Gran Poema. Ya superé la barrera imaginaria de los 350 versos. De verdad que han sido meses de mucho trabajo poético. Creo que está próximo su fin, pero quién sabe, tal vez el influjo poético me haga escribir aún más del doble de lo que ya va. He estado pensando en poner el inicio aquí, como primicia, en vez de publicarlo en el diario. Pero también he pensado en sólo poner algunos versos, los que para mí sean los más cabrones. O poner también los versos más cabrones para algunos pocos lectores (u oidores) elegidos. No lo sé, ya lo verán si sí, y no si no. :P

Y de mi obra en prosa qué les puedo decir. He estado pensando muy seriamente en armar mi propia editorial y publicar en ella una novela mía (La novela de la inundación). Pero también he pensado en montar una obra de teatro, de autoría mía obviamente. No lo sé. Mis amigos teatreros se fueron casi todos a vivir a Cozumel, aunque podría conseguir otros en la FFyL. Pero también hay otro proyecto: comprarme una minidvd y algo de equipo y grabar un largo de bajísimo presupuesto. Tengo que decidirme, lo sé, y será pronto porque hace poco me ofrecieron la posibilidad de participar en la segunda parte de una antología de cuentos en la que participé hace unos años: Fantasiofrenia. Y me dije: puedes seguir participando en antologías, o hacer algo sólo para mí y por mí, algo ya grande. Digo, y es que fuera del diario y de la tele, hace mucho ya que no publico nada, quizá convenga decir nada literario. Creo que ya es hora. Por eso la idea de la novela es la que va ganando. Aunque montar una obra o grabar un largo también me hacen ojitos. Por lo pronto no haré nada más que tratar de resolver algunos asuntos propios del corazón que me tran un poco cabizbajo, asuntos a los que no les hallo explicación. Y de paso termino de arreglar mis trámites burócratas, que cabe decir ya casi los acabo: Lo de la unam ya está, lo de hacienda, casi (¡y es que me devuelven impuestos!), y algunas otras cosillas. AL fin, tiempo para pensar hay, incluso en mi nueva novela con cuyo epígrafe me despido (sólo para estar a tono con lo que inicié esta entrada):

[Las palabras]
Son el arma con la que te doy consuelo,
el cuchillo que te hundo en el pellejo.
La apariencia, siempre bien organizada.
Las palabras son traiciones de alto vuelo.
FITO PAEZ
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Como corolario o post data:
Acerca de actores y actrices y caras que no recuerdas: Ahora recuerdo cómo me reí con un anuncio de Genoprazol, y es que fui a ver una obra (Con vista a la bahía), de Maruxa Vilalta. Pasó el tiempo y un día prendí la tele que cayó justo en el anuncio del medicamento. Yo decía: "A ese güey lo conozco, pero no sé de dónde". Total que recordé que interpretó a Brian en la obra, fue entonces que me cagué de risa. Pero bueno, los artistas tenemos que vivir de algo, yo también me prostituyo para la tv. Por cierto en esa obra también aparece una mujer hermosa, aunque algunas (y ese "algunas" tiene nombre y apellido) digan que no. No me acuerdo del nombre de su personaje pero esa actriz se llama Marissa Saavedra. El nombre del que interpretó a Brian (el de Genoprazol) no lo recuerdo, creo que era Iván o David, pero bueno, lo podemos bautizar Brian Genoprazol. Jajaja, jejejeje.
Chau.

sábado, junio 16, 2007


Los errores de Cien años de soledad.
(Edición conmemorativa RAE-Alfaguara.)

Pues sí, banda. Resulta que hace poco que releí Cien años de soledad encontré algunos errores. Esto era cosa trivial y lo he platicado con varia gente. Algunas veces me dicen que quién soy yo para corregirle la plana al Nobel. Otras veces me dicen: "Ni siquiera lo has de haber leído". (Es cierto, me han dicho eso.) Y otras veces, siempre previa constatación de mis descubrimientos, se quedan de a seis. Algunos me conminaron a que lo publicara en mi blog y es por eso que lo hago. No por ufanarme, aunque eso de encontrar algunos errores donde los académicos de la RAE y el propio GGM pusieron sus ojos detalladamente, me hacen vanagloriarme un poquitín. Y es que ésta edición se fijó (como el lema de la academia pregona) consultando palabra a palabra al autor y a los académicos. Bueno, supongo que con todas estas palabras estarán ansiosos de que les diga cuáles son los errores. En realidad son muy simples. Es debería decir, pues es el mismo error que se repite por tres veces. Donde debiera decir "éste", dice "este". ¿Ven?, no era nada del otro mundo. Los errores los pueden encontrar en las siguientes páginas: 314, renglón 12; 369, renglón 4 y 403, línea 19.
En otras cosas les cuento que estoy que me muero porque no encuentro el significado de una palabra: "inguijuelas". Está documentada en La historia verdadera de la conquista de la Nueva España, cap. XXVI. No la he encontrado en ningún diccionario, ni siquiera en el de autoridades. Si alguien tiene el más leve barrunto de lo que significa, le suplico que me lo haga saber. Según yo creo ha de ser una parte que cubre a los caballos por los cuartos, y si no a los caballos a las personas en las ingles. Pero no sé, puede ser —y es lo más probable— que esté completamente equivocado. Así es que, se lo dejo de tarea.

miércoles, junio 13, 2007

Con la novedad, banda, que tuve un ratito para escribir. He querido escribir muchas cosas muchas veces, pero siempre algo se atravesaba —algunas veces cosas bien chidas, como UNA CHICA (chance "LA CHICA"); tema aparte para otro blog. Pero bueno, Hablando de otras cosas, me dio gusto poner la lista de los libros que les platiqué la vez pasada. Al menos conseguí 3 co-lectores, nada mal si tomo en cuenta de que fue uno de cada 10 visitantes. Eso también me da gusto, los visitantes rondan casi al doble de lo que vi la última vez. Sin embargo, volviendo al tema de la lista, creo que la quitaré. Me sentía mal por acabar un libro y empezar otro y no anotarlo aquí, así que si me quito una obligación qué mejor para mí. En otros temas, es muy probable que me vaya de ¡vacaciones!, así es: a Cancún y Mérida. He pensado en tomarme 2 o 3 semanas, chance 4. Quiero visitar todas las ruinas que he estudiado por tiempo vario y que no conozco. Pueblos como Tizimín. En fin, muchos lugares. Si voy ya pondré las fotos aquí. Casi todo depende de un par de trámites burocráticos con hacienda y con la unam —hay otro con la tesorería del df que ya me dio hueva: un trámite que procede en ¡120 días!, qué rechinguen a su madre; y todo por 1500 varos. (Ya veré que puede más, si mi hueva o las puras ganas de joder de que no se queden con mi varo.) Bueno, ya me voy, prometo escribir algoi más chido la próxima.
Ahhh... y lo de la lista, chance opte por ponerla en el otro blog como libros leídos, ya lo dictará mi hueva.
see u next

lunes, mayo 14, 2007

Ha llegado el día de escribir la lista que prometí el fin de semana.
Aunque me pregunto, ¿valdrá la pena seguir escribirendo este blog para los casi 40 lectores que hay? Además el fin me enteré que ni mis cuates lo leen. Es decir, sí lo han visto, ¡pero no lo leen!
Sin duda el pedo de la lectura en el país está denso.
Bueno, a lo que me truje, chencha.
Explicaré la dinámica: Yo leo siempre, sí o sí, 8 libros a la vez, ni uno menos ni uno más (lo de uno más a veces es flexible pues cuando voy a la escuela o cosas interesantes, lo agrego y le doy prioridad). Los apilo al lado de mi cama y leo el de arriba, cuando éste me harta o llego a un fin de un capítulo o digo "hasta aquí", lo paso abajo de la pila y tomo el siguiente (el que ha quedado arriba); y así sucesivamente.
Ahora, las claves de la lista.
En la entrada anterior puse "R" y "N" para relectura y nueva lectura sucesivamente. Ahora añadiré una nueva, pues conforme los acabe tendrán la clave "L" de leído. No pondré la edición. Sólo escribiré el título y el autor. Con la clásica p señalaré la página en la que voy (en algunos casos esto variará por partes y capítulos).
Ojalá que sí conicida con la lectura de alguno de los que esto leyere, y se decida a comentarlo.
Cambio y fuera.

viernes, mayo 11, 2007

La lectura es sin duda, actualmente, un acto solitario. ¡Qué añoranza de las épocas en que El libro del buen amor o El quijote era leído para un público que seguía impaciente la voz del lector apenas alfabeto! Sí, es muy rico leer, pero es más rico poder hablar con alguien de lo que lees. El problema es que en este país, la gente no lee. No puedes subirte al metro e intentar hacer charla con la chica de al lado (señor, aciana, quimera) con: «¿Ha leído el nuevo libro de Restrepo?». Ni siquiera con tus cuates cercanos o colegas, con quienes seguramente tienes coincidencias de lecturas, pero escasas. Mi personal problema en este sentido es que leo mucho. Hay pocas personas que leen a mi ritmo. Generalmente las personas con las que puedo platicar agusto de mis experiencias librescas, me sacan de ventaja al menos 10 años de lecturas (que no de vida). SIn embargo, a pesar del embarazoso problema, lo intento resolver de varias formas: incito a amigos a leer libros (el 99% de las veces existe una negativa, pero el 1% aceptan); asisto a un club de lectura de conaculta que se instala los jueves de 5:30 a 8 pm en el Gandhi de cd. Satélite (a toda la bandera que viva por estos lares, está cordialmente invitada —y la que no también—), donde se lee capítulo a capítulo del Quijote y un libro por mes; además he quedado con Andrea (gran chica) en que leamos juntos otro libro al mes.
Después de todo esto, se me ha ocurrido poner en el blog los libros que leo actualmente. Así si alguno de los que lee esto, coincidentemente lee algo de lo que yo leo, lo podemos charlar.
Pienso poner una lista, abajo de mi perfil, que indique los libros, la página en que voy, el órden y si es lectura nueva o relectura.
Por ahora pondré la lista sucinta aquí porque ¡me voy de fiesta!
R-Lobo estepario
R-El Arco y la lira
N-Infinitos dispersos
N-Nueva antología personal
R-Don Quijote
N-EL libro de los amores ridículos
R-Cien años de soledad
N-Historia verdadera de la conquista de la Nueva España

martes, mayo 08, 2007

El tiempo es desde siempre un tema que ha cautivado a los hombres. Podemos verlo desde el punto de vista de la Teoría especial y general de la relatividad, o hasta el concepto que el propio san Agustín tiene de él. Sin duda la cuarta dimensión es algo que mantiene a eruditos y los no tanto ocupados en algún momento de sus vidas. ¿Es realmente el tiempo lo que sucede, o soy yo el que sucedo? A mí me cautivó el tiempo desde bien escuincle. He de declararme fan de Back to the future I, II y III. Pero es ahora cuando veo en el tiempo una grandeza más ingente que los océanos. Ha algunos años en que yo deseaba estudiar la licenciatura en física para solventar estos problemas existenciales. La vida me llamó por otros caminos donde, de nuevo, el tiempo se hace presente. Existe, por ejemplo, el tiempo cíclico, antigua forma de ver el tiempo para muchos pueblos, verbigracia: los mayas. (Por cierto, qué buena película fue aquella de Apocalypto. Al verla sentí que todos mis esfuerzos y estudios por comprender la cosmogonía maya dieron resultados. Siempre he sostenido que esa película está tan bien hecha que, si alguien del staff de grabación hubiera cavado a la entrada de las chozas, hubiera encontrado osamentas humanas. Tan al detalle creo que está hecha.) Los tiempos diegéticos (intra o extra), los tiempos poéticos, los tiempos de respiración, lectura, escritura... Todo se resume en ritmos. Ya lo dijo Paz: «Como en el mito, en el poema cotidiano sufre una transmutación: deja de ser sucesión homogénea y vacía para convertirse en ritmo[1]».
El tiempo se transforma en ritmo que lo es todo. Desde antes del hombre el ritmo, es decir el tiempo, ya imperaba en el universo. Han venido grandes como Heidegger (El ser y el tiempo) para tratar de vislumbrar lo más recóndito del tiempo —y no sólo eso, sino la complicada relación de éste con el ser. En lo personal Heidegger me dejó más confundido que aclarado. Pero en todas las épocas el tiempo se nos revela por sus posibles e imposibles paradojas. (¿Habré escrito una paradoja en esto último? Pues aprovechando: v. "Imagen" op. cit.)
Que qué pasará si viajo en el tiempo y mato a mi abuelo antes de que se tire a mi abuela —¿o me la tire yo a ella? ¿Hay dimensiones paralelas hasta el infinito? ¿Qué tan cíclico es el tiempo? ¿Es lineal? ¿Es cierto que la masa lo afecta?
Hay por allí un mito (¿mito, ritmo, tiempo?) que nos habla de Ourousbourus: la serpiente que se muerde su propia cola. ¿Acaso ésta será paradoja? Por suerte para nosotros las paradojas las podemos razonar a través de imágenes (conceptuales o gráficas). Y es por eso que un apartado del mundo del tiempo, se nos revela con facilidad en la poesía: ser colmado de imágenes poéticas, ¿o debería decir tiempo poéticos? ¿Se valdrá la yuxtaposición de términos? Yo digo que sí. Pero como esto es ping pong sin reta, al parecer me he aburrido de nuevo por la falta de interlocución. Mas no desdeperéis: los dejaré con un poema para que ustedes infieran, razonen y filosofen por propia cuenta a ver si coincidimos.

Arcano

A César Antonio López
“Madera y trazos tan nuevos como sempiternos.”

Madera errante,
ahíta de siglos;
tan dura como elástico
es el tiempo:
inexorable.
Te desbordas más allá del mar
y luego te constriñes
en un día.
Tu continente te da
forma de un segundo:
rígido y flexible:
cambiante.
Una línea se descubre
en tu rostro,
te recorre la cintura
hasta tus faldas:
te devela:
eres toda líneas,
toda curvas,
toda llena
de fracciones todas:
un segundo, y por tal,
natural segundo
naturalmente cambiante.
En pocas horas te
transformas en
un día, semanas, meses;
y al cabo del fluir
ya tienes un siglo
más de líneas.
Más que líneas,
venas con fluir eterno
de la vida,
flujo entreverado
de madejas enredadas:
plexo constante,
constancia efímera:
suspiro de un segundo
que recorre vuelto flecha
los nudos y las curvas
de tu rostro, Madera vieja:
Madera errante de mundos
y de fondos:
sapiencia...

...en tus trazos
ahítos de siglos...

Francisco Puente




[1] Octavio Paz. El arco y la lira. "El ritmo". FCE.

viernes, mayo 04, 2007


Hoy no logro dormir. Me he revuelto en la cama tantas veces que se quedó sin sábanas. Encendí la luz de mi teléfono celular y alumbre mi grabado El Quijote de José Guadalupe Posada. Recordé entonces mi colección de grabado, donde figuran algunas litografías y hasta algunos grabados de madera. Sin duda El Quijote es una de las obras más importantes que tengo (en grabado), aunada a El primer hombre de César Antonio López. Soy un poco aficionado a coleccionar grabados, aunque no es muy fácil. A veces hay que cazarlos en mercados de pulgas y a veces, también, hay que desdeñarlos a pesar de que sean un regalo. Total que no quiero hablar de los que tengo físicamente, sino de los que tengo en versión electrónica —como los que todos pueden tener. La imagen que ven aquí es de La gran ola de Hokusai. La he reducido a microtamaño para poderla poner aquí. Yo la tengo en resolución de 5000 x 4mil y feria pixeles. En fin, hablemos de la gran ola. Ahora he puesto esa imagen de mi fondo de escritorio, y poder ver así todos los días (hasta que me harte) la circunscripción de los elementos, como los dos montes Fuji que se logran ver. ¿Dos? Claro. Uno se nota muy evidentemente, sin embargo el segundo sólo se logra ver con demasiado detenimiento. Fíjense debajo de la ola grande. Sí, sí, la de la izquierda. Abajo, en blanco, parece que hay otra ola, pero el contorno es como de montaña. Pues si buscan imágenes del monte Fuji, verán que tiene el mismo contorno; así el autor juega con la noción ¿o nociones? de lo acuático y terrestre. Pero no es todo lo que me asombra de esta imagen. Hace siglos, platicando con un amigo(a) artista plástico (es que no me acuerdo quién me lo dijo, pudo ser el Daniel san o la Amalia rey o A. Escalante), me fue revelado el secreto de los fractales en el cuadro. Si se fijan las olas, en especial la gran ola, tiene olitas saliendo. Qué clavadez, ¿no? Ahora, hay que tomar en cuenta que los japonesitos leen de derecha a izquierda; entonces vean el cuadro como ellos: ¡Qué buena zambullida te vas a dar con la ola!, ¡te va a atrapar!, ¡a devorar! No obstante hay unas barcas que no van, sino regresan. El mismo artista plástico que me haya revelado lo de los fractales, me reveló también algo sobre los marineros: son comerciantes que salvan los impuestos que por tierra les cobrarían para llevar a Aedo ¿o Edo? Han ido a comerciar un pez (tipo atún o delfín) que por las épocas de primavera llegaba al Japón. ¿Que cómo sabemos que es primavera? Pues por la nieve del «Fuji evidente». La nieve nos indica en qué estación estamos. (Es verdad, busquen imágenes del Fuji en invierno, estío, etc... y verán las diferencias.) Bueno, hay muchas cosas de qué hablar acerca de La gran ola. Pero hoy sólo tengo insomnio y la memoria falla por la hora y la indisposición.
Pero hay algo chido, como me lo han pedido varios, publicaré pronto mis fotos por Tierra de Fuego, Patagonia, etc... No más que me decida a escanearlas (o a escandirlas* como mal me decía Héctor Anaya cuando fue mi "mairo" de periodismo) y las subo. Pero mientras, hablando de grabado, pueden ver mi colección de grabado en las imágenes de mi otro blog.

*escandir: dícese del verbo verboso de contar versos, o séase sus sílabas; o séase: que sirve para medirlos. Quien es chingón como los xarochos (o yo cuando estoy inspirado, poéticamente hablando) los mide al aire (tú que eres poeta y en el aire las compones... ¡no, qué pasó!.. Pero qué chido albur —o calambur— en alejandrino). Sin deditos chinga, como debe ser. Me precio de que esta habilidad mía (tal vez la única) sorprendía a Aurelio González. Ora sí que subordiné más que Proust. Por cierto, les recomiendo esa obra (En busca del tiempo perdido. «Á la recherche du temps perdu»), les garantizo cuando menos un mes de diversión y entretenimiento.

Ya para acabar, si por ahí ven un dedaxo, por favor discúlpenme, es la hora y el insomnio que me tiene güey. =) Prometo revisarlo y editarlo luego... sí cómo no, jejejejejejeje.

viernes, abril 27, 2007

Como lo dice la entrada anterior, publiqué los textos del surcoreano en el otro blog; sin embargo no se ven claramente. Así que hube de subirlos a un sitio que ya no actualizaba desde hace siglos. Les dejo la dirección para que puedan leer las obras del matagringos sin problemas: http://home.graffiti.net/pakonet/
En mi otro blog (es decir en: http://cide-hamete-benengeli.spaces.live.com/ ) acabo de publicar una obra del dramaturgo surcoreano matagringos: Cho Seung-Hui. [Aplausos]
Deberían echarle un ojo. He publicado Richard McBeef.
Después en unas semanas pondré la otra.
Disfruten la lectura.

miércoles, abril 25, 2007

Aparte de este blog, tengo uno ya de antaño que es http://cide-hamete-benengeli.spaces.live.com/
Ahora publicaré alternativamente en ambos espacios. Si sólo conocen este blog, los invito a visitar el otro y explorar todas sus entradas.

martes, abril 24, 2007

Claves en los nombres del Quijote


Comunicación presentada en el Z¿XXXI Col∙loqui de la Societat d’Onomàstica a Algemesí, octubre 2005-10-10


Josep M. Albaigès i Olivart

Claves en los nombres del Quijote

Parece adecuado, en este año de Cervantes, hacer un breve análisis a la onomástica del Quijote. Un examen de los centenares de personajes y topónimos que aparecen en la obra sería tema para una extensa tesis doctoral; nos limitaremos en esta comunicación a los que más visiblemente transparentan la intención de su creador al imponerlos.
Nunca elige el autor de una novela los nombres de sus personajes al azar. En ellos tratará de introducir al lector en mundos folclóricos, históricos o ambientales, cuando no transmitir recuerdos personales o incluso claves para la interpretación de acciones o sentimientos. El monsieur Sans-Délai de Fígaro nos da una idea inmediata de la eficacia del expeditivo francés, en contraste con la indolencia hispánica, y el frecuente nombre de Bato (‘rústico, torpe’), tan aplicado a los pastores en las obras teatrales de Lope de Vega, nos transmite el carácter de estos personajes.
No fue una excepción la obra cervantina, por la que desfila una riquísima galería de

Don Quijote y Sancho (Picasso)

personajes, algunos reales, los más ficticios, unos tomados de la literatura anterior, especialmente la caballeresca, los más inventados por el ilustre manco de Lepanto. Sorprende que no se haya emprendido hasta ahora, que sepamos, un análisis a fondo de las intenciones de Cervantes en la elección de cada uno de estos nombres; quede al menos iniciada la tarea con este modesto trabajo.
Los nombres preexistentes ofrecen una dificultad de interpretación. La mayoría de ellos pertenecen al acervo caballeresco o al mundo clásico, y a menudo sus primitivos portadores son desconocidos por el lector de hoy, que se ve por ello incapaz de captar la nota transmitida por ellos. ¿Quién se acuerda hoy de Sacripante, el que combatiera con Fierabrás? ¿O de la legión de gigantes, brujas, encantadores y demás personajes del acervo caballeresco? Otros personajes reales son recordados a duras penas, como Perot Rocaguinarda, o en absoluto, como Jerónimo de Pasamonte. Por ello resulta sumamente difícil emprender una búsqueda de las raíces en que pudo inspirarse Cervantes para la puesta en escena de su mundo humano, y, sobre todo, la intención última que le movió a escoger para los creados por él determinados nombres, que transmitirían conexiones desconocidas entre su vida y el de su mundo. Que otros continúen la labor, aquí únicamente iniciada.


Antropónimos

Miguel de Cervantes Saavedra. Empecemos con el mismo autor, cuyo nombre de pila Miguel es netamente hebreo y aparece en el Antiguo Testamento, portado por el arcángel jefe de las cohortes celestiales que derrotó a Satanás. Del hebreo mika-el, 'Dios es justo, incomparable', o, simplemente, '¿Quién como Dios?'. Quizá lo hayan tenido en cuenta los que han insinuado su origen judío. En cuanto a los apellidos, ambos denotan un origen gallego en los antepasados del Manco de Lepanto. Él escribía casi siempre Cerbantes, aunque toleraba no sólo Cervantes sino incluso Ceruantes). Llevan este nombre nada menos que 133 entidades de población en la provincia de Lugo, y un municipio en la de Zamora. Dice Gutierre Tibón que “se considera acuñado sobre el primer signum visigótico Cervantius, derivado de cervus, ‘ciervo’. Pero no es imposible que el apellido fuera un simple patronímico de Servando (*Servandes, modificado ortográficamente). En fin, Saavedra remacha el origen gallego, al ser originario de la provincia de Orense, del bajo latín sala vetera, con el significado de ‘caserío viejo, quinta vieja’. La palabra de origen gótico sala tenía un significado más amplio que hoy, aplicándose a cualquier casa, especialmente de campo. En cuanto a vetera, ‘vieja’, la hallamos también en Pontevedra, ‘puente vieja’.

Cide Hamete Benengeli. El imaginario autor del Quijote es un nombre arábigo claramente inventado por Cervantes. Su primer componente, Cide, es variante de Sidi, Said, o Cid (cf. el Cid Campeador), y significa ‘señor’. Hamete es una de las muchas formas que reviste el árabe Ahmed, de zahmed, 'el más alabado', título aplicado fundamentalmente a Mahoma y extendido posteriormente a importantes personalidades. En fin, Benengeli significa ‘hijo de Engel’, aunque este nombre no parece árabe de ninguna manera, y pudiera ser un simple invento derivado a partir del germánico Engel, ‘ángel’. De hecho, el propio Cervantes se mofa de él al llamarle, en boca de Sancho, Cide Hamete Berenjena.

Alonso Quijano. El nombre de pila del protagonista es Alonso, simple variante de Alfonso, derivado del nominativo del germánico hathus, hilds, 'lucha combate, pugna', por all, 'todo, total', y funs, 'preparado, rápido': hathus-all-funs, 'guerrero totalmente preparado para el combate' (obsérvese que con el genitivo hilds, daría Hildefonso o Ildefonso, considerado habitualmente como variante de Alfonso). Es el nombre más repetido en las casas reales españolas. En cuanto a Quijano, es un lugar en el municipio de Piélagos (Santander), pero el apellido deriva sin duda, lo mismo que Quijada o Quesada, también citados, del nombre del personaje literario, don Quijote.

Don Quijote. El nombre del héroe cervantino está inspirado en el quijote, pieza del arnés destinada a cubrir el muslo, en la cual pensó sin duda Cervantes. Por el lat. coxa,
Don Quijote y Sancho
‘cadera’, a través del catalán cuixot, todavía hoy aplicado a la pernera del pantalón. La palabra, por cierto, no aparece más en toda la novela. Hay motivos para pensar que el nombre del protagonista fue elegido irónicamente, con referencia a ese elemento de la armadura aprovechando el sufijo despectivo –ote, que de todos modos gozaba de tradición caballeresca por Lanzarote del Lago.

Sancho Panza. La elección del nombre por Cervantes remarca la vulgaridad que inicialmente quiso imprimir al personaje. Sancho, derivación del lat. sanctus, ‘santo’ (alusión a la festividad de Todos los Santos), inicialmente nombre de reyes, había devenido muy popular en tiempos de Cervantes, y era propio de villanos. En cuanto al apellido Panza (latín pantex, panticis, ‘vientre’, especialmente el muy abultado), sería un simple apodo que remarcaba la gordura de Sancho.

Aldonza Lorenzo. La dama de don Quijote tenía nombres corrientes: Aldonza, germánico derivado de ald-gundi, ‘noble y famoso’. Observemos que el nombre, en su pronunciación, acabó siendo equivalente a Dulce (por pérdida del prefijo aparentemente árabe al-, y metátesis de la n en l, como en Lebrija/Nebrija), lo que explica el nombre de Dulcinea.
Dulcinea
En cuanto al apellido, evocaba al latín Laurentius, ‘coronado de laurel’ (laurus), es decir, figuradamente, ‘victorioso’ (pues con las hojas de esta planta se distinguía a los héroes y campeones).

Dulcinea del Toboso. Este nombre, “músico y peregrino”, evocaba sin duda a la citada equivalencia Aldonza = Dulce, rematada con la terminación adjetivadora –ea, que recordaba a Melibea. Ver más adelante la nota sobre El Toboso. La leyenda afirma que Cervantes se inspiró para su figura en Ana Zarco, una dama local, que sería la “dulce Ana”.

La mujer de Sancho Panza. El primer misterio es el nombre de ésta. Cervantes, proclive a las confusiones en su libro, en las alusiones que hace a ella en la I Parte la llama, Juana Panza, y también Juana Gutiérrez y Mari Gutiérrez en un solo párrafo. Ya en la Segunda parte, donde su presencia es más abundante, aparece como Teresa Cascajo y Teresa Panza. Con todo, no son totalmente incompatibles todas estas denominaciones, pues la mujer (hija de un tal Cascajo) tomaba comúnmente el apellido del marido (como advierte el mismo Cervantes), y era frecuente la imposición en el bautismo de hasta tres nombres de pila, todos ellos muy corrientes en la época y hoy. Juana, femenino de Juan, procede del hebreo yohannan, 'Dios es propicio, se ha compadecido'. San Juan Bautista inició su masiva difusión, que ha dado lugar a multitud de portadores célebres y arquetipos relacionados con su uso. Mari, hipocorístico de María, es igualmente hebreo, hoy el nombre femenino más popular en España, pero por esta misma causa es poco frecuente solo, y es habitualmente el complemento de otro (¿Mari-Juana?). Procede del hebreo Miryam, para el cual se han propuesto hasta setenta interpretaciones: por citar un par de las más conocidas, el hebreo mara, 'contumaz', y el egipcio mrym, 'amada de Amón', es decir, de Dios. El nombre aparece transformado en la Vulgata en la actual María, cuyo uso no se popularizó hasta bien entrada la edad media por tabúes religiosos análogos a los que rodeaban los nombres de Cristo o Jesús. Finalmente, Teresa, muy en boga en la época por la popularidad de santa Teresa de Jesús, carece de un significado claro: es habitual considerarlo forma femenina del nombre del adivino mitológico griego Tharesios, que según parece, procedería de thereios, 'animal salvaje', lo que hace interpretarlo como 'cazador'. Otros lo ven como el gentilicio de Tarasia, ilustre personaje originario de Tarento.

Pero Pérez, el Cura. Sigue Cervantes mostrando la vulgaridad de los personajes paisanos de don Quijote. Pero (Pedro) fue durante muchos siglos el nombre más frecuente en España (masculinización del latín petra, ‘piedra’, para adaptarlo al hebreo kefas, ‘piedra’, sobre la cual Jesús edificó su iglesia. Igual de corriente es su apellido patronímico, Pérez (‘hijo de Pero’).

El Barbero. En un lugar es llamado maese Nicolás, nombre griego, originado en Nikólaos, 'victorioso en el pueblo'. San Nicolás, patrón de marinos y mercaderes, es veneradísimo en los países nórdicos y orientales, donde su representación navideña (Santa Klaus, eufonizado Santa Claus) se ha fundido con el Papá Noel de los católicos. ¿Por qué este nombre, relativamente exótico? No olvidemos que cinco papas lo habían llevado, el último Nicolás V (1447-1455), lo que pudo haber popularizado el nombre.

Sansón Carrasco. El famoso bachiller llevaba un nombre bíblico, el último de los siete jueces de Israel, héroe nacional en la lucha contra los filisteos, invencible por su fuerza aunque sometido al fin por la astucia de una mujer, Dalila. El nombre de Sansón es, como tantos de la Biblia, simbólico, como prueba su interpretación: seguramente procede de samen, 'fuerte', o de saman, 'destruir'. En cuanto a Carrasco, frecuente apellido, alude a la carrasca, ‘coscoja’, una pequeña encina (Quercus coccifera). Nótese que los nombres del roble, en iberorromano, se forman casi todos a partir de la base preindoeuropea kar, ‘piedra’, porque robles y encinas crecen esencialmente en lugares pedregosos. El nombre y el apellido, ambos evocativos de fuerza y dureza, los eligió Cervantes con cierta ironía, aclarando que el bachiller era “no muy grande de cuerpo, aunque muy gran socarrón”.

Diego de Miranda, el Caballero del Verde Gabán. Diego es variante de Jaime (a su vez derivación del bíblico yah-aqob, formado con los componentes hebreos 'Dios' y quizá ageb, 'talón', aludiendo el nacimiento del patriarca, que tenía asido por el calcañar a su hermano gemelo Esaú: Yahaqob, 'el suplantador' o sea el 'sub-plantador', pues andando los años usurparía a aquél los derechos de primogenitura), por abreviación de Santiago (Sant-Yago, Tiago, Diego), latinizado Didacus por influencia del griego Didachós, 'instruido'. En el santoral, el nombre se ha independizado por san Diego de Alcalá. En cuanto a Miranda, es topónimo frecuente, aplicado a lugares con mucha vista (v. gr., M. de Azán, y M. del Castañar, en Salamanca, M. de Ebro, en Burgos, M. de Santiago, en Lugo).

Ginés de Pasamonte. El nombre de pila deriva del latín Genesius, y éste del griego genesis, 'origen, nacimiento' (raíz indoeuropea gen, 'generar', de donde las voces 'genético', 'generación', etc.). Genesios, 'protector de la familia', aunque se ha señalado el parentesco con el latín genista, 'retama', y también 'enhiesto, derecho' (visible en los nombres de la forma catalana Genís y de la planta, ginesta). Pasamonte, apellido-mote, es aplicado al vagabundo, que pasa los caminos y los montes. De todos modos, se ha conjeturado que Cervantes aludía con este nombre a un personaje real, Jerónimo de Pasamonte, antiguo saldado en Lepanto y cautivo en Argel. Incluso se ha dicho que es el personaje real que se esconde tras el seudónimo de Alonso Fernández de Avellaneda, autor del Quijote espúreo, que, resentido por esa identificación y por hacer público su mote (Ginesillo de Paropillo), habría dedicado su insultante prólogo a Cervantes.

Cardenio, el Caballero del Bosque, y Luscinda. Se trata el primero de uno de los nombres en boga en la época, inventados basándose en cultismos latinos. Procede de cardinus, ‘de color amoratado’. La amada de Cardenio tiene otro nombre inventado, variante poética de Lucina o de Lucía, con la adición del sufijo -ind, derivación del germánico -lind, sufijo feminizador. Lucía deriva del latín Lucius (y éste de lux, 'luz'), abreviatura de prima luce natus, 'nacido con la primera luz'. Lucina es un gentilicio de Lucía (con el sufijo -inus, 'relativo, de la familia de', y era la diosa romana de los alumbramientos, (Lucina, 'que da la luz'), asimilada a Juno y Diana. Con estos fantasiosos nombres nos sitúa Cervantes en el mundo de la novela pastoril, propio de los personajes.

El duque y la duquesa. Manifiesta Cervantes que su “título aún no se sabe”. Ácidamente comentó Miguel de Unamuno que Cervantes se vengó de sus burlas para con don Quijote condenándolos al anonimato perpetuo.

Roque Guinart. Es uno de los pocos personajes reales que se relacionan con el Quijote. Se trata de una variación sobre el nombre de Perot Rocaguinarda (1582-1635), bandolero catalán amnistiado, quizás el único del mundo con una calle dedicada donde se manifiesta explícitamente su “profesión” (Perot lo Lladre, en Barcelona). Rocaguinarda, aglutinación de ‘Roca de Guinarda’ (germánico win-hard, ‘amigo fuerte’).

Doncellas más o menos afligidas. Citemos en primer lugar a la princesa Micomicona, nombre adoptado por la discreta Dorotea para sacar al caballero de Sierra Morena atrayéndole hacia la arriesgada aventura de liberar de un usurpador a su padre, el rey Trinacrio. La divertida palabra “mico” o similares abundaban en la onomástica festiva de la época. Así, en el torneo vallisoletano de Cuaresma de 1544 intervenía la reina Marimona de Salvajina entre otros personajes del acervo caballeresco. La doncella de la duquesa, Altisidora, lleva un nombre formado con Isidora (nombre griego de origen egipcio, ‘regalo de Isis’) y el prefijo ‘alto’. Su amiga Emerencia deriva del griego emeris, ‘dulce, agradable’. La infanta Antonomasia, heredera del reino de Candaya, indica con su nombre la excelsitud suprema (gr. antonomasía). Casildea de Vandalia, la dama del Caballero de los Espejos, equivale a “Casilda de Andalucía” (llamada en alusión a los vándalos, cf. con Dulcinea).

Personajes caballerescos. La mejor muestra de la fantasía del Manco de Lepanto se da en la descripción que don Quijote hace a Sancho de las manadas de corderos, que él toma por ejércitos. Dice el hidalgo a su atónito escudero:
—Aquel caballero que allí ves de las armas jaldes, que trae en el escudo un león coronado, rendido a los pies de una doncella, es el valeroso Laurcalco, señor de la Puente de Plata; el otro de las armas de las flores de oro, que trae en el escudo tres coronas de plata en campo azul, es el temido Micocolembo, gran duque de Quirocia; el otro de los miembros giganteos, que está a su derecha mano, es el nunca medroso Brandabarbarán de Boliche, señor de las tres Arabias, que viene armado de aquel cuero de serpiente, y tiene por escudo una puerta que, según es fama, es una de las del templo que derribó Sansón, cuando con su muerte se vengó de sus enemigos. Pero vuelve los ojos a estotra parte y verás delante y en la frente destotro ejército al siempre vencedor y jamás vencido Timonel de Carcajona, príncipe de la Nueva Vizcaya, que viene armado con las armas partidas a cuarteles, azules, verdes, blancas y amarillas, y trae en el escudo un gato de oro en campo leonado, con una letra que dice: Miau, que es el principio del nombre de su dama, que, según se dice, es la sin par Miaulina, hija del duque Alfeñiquén del Algarbe; el otro, que carga y oprime los lomos de aquella poderosa alfana, que trae las armas como nieve blancas y el escudo blanco y sin empresa alguna, es un caballero novel, de nación francés, llamado Pierres Papín, señor de las baronías de Utrique; el otro, que bate las ijadas con los herrados carcaños a aquella pintada y ligera cebra, y trae las armas de los veros azules, es el poderoso duque de Nerbia, Espartafilardo del Bosque, que trae por empresa en el escudo una esparraguera, con una letra en castellano que dice así: Rastrea mi suerte.
En todos ellos se nota la ironía cervantina. Laurcalco es un nombre inventado (lat. laur, sin duda inspirado en laurum, ‘laurel’, y, metafóricamente, ‘victorioso’, por las hojas de laurel con que eran condecorados los vencedores; germánico shalk, ‘siervo’). Micocolembo, formado por mico, ‘simio’ palabra nueva y chocante en la época (cf. Micomicona), y por ‘colendo’ (del lat. colendus, ‘venerable’, antiguamente usado como “festivo” (‘día colendo’). Brandabarbarán no necesita comentario: junto al venerable brand (germ. ‘espada’), frecuente en nombres germànicos, aparece Barbaranus, gentilicio de barbarus, ‘extranjero’. Pero el conjunto suena cacofónico y ridículo, reforzado por el estrafalario reino de Boliche. Timonel es el más corriente (‘encargado del timón, guía’), y Carcajona es deformación algo cacofónica de Carcasona. No hablemos de la dama Miaulina, hija de Alfeñiquén, obviamente derivado de Alfeñique, del ár. al-finiq, ‘los manjares delicados’. Pierres Papín fue un personaje real, de la época, un aristócrata tristemente célebre, por las palizas que les pegaba a las mujeres. Finalmente, Espartafilardo es un nombre que, curiosamente, se parece a “estrafalario”; en todo caso parece inspirado en la ciudad de Esparta, con el sufijo germánico masculinizador hard, ‘fuerte’. El Valdovinos carolingio es adaptación a un personaje de lo que en prinicipio fue un nombre de municipio autodescriptivo: 'Valle del vino', por la producción vitivinícola del lugar.

Otros caballeros. Ahí están Alifanfarón de Trapobana, cuyo nombre resume el carácter sarraceno que don Quijote le atribuye: alí, nombre árabe, y ‘fanfarrón’, referido a la entonces legendaria isla de Trapobana, Ceilán. A él se opone el audaz Pentapolín Garamanta, procedente de alguna Pentápolis (grupo de cinco ciudades) y del linaje de los Garamanta, citado por Ludovico Ariosto en su Orlando Inamoratto. Por supuesto que Trinacrio, el padre de la princesa Micomicona, es una versión de la isla de Trinacria (Sicilia, ‘la de las tres puntas’, gr. tri-akrós). Mambrino, personaje caballeresco famoso por su yelmo, originado en la tradición italiana, posiblemente ‘hombre de la niebla’ (germánico mann, ‘hombre’, italiano brina, por el latín pruina, ‘niebla’).Clenardo, padre de Dorotea, lleva un nombre inventado, según costumbre de la época, modificación de Leonardo con el prefijo griego kleo, ‘glorioso’, y la terminación germánica hard, ‘fuerte’. Su famoso yelmo “que tan caro le costó a Sacripante”, se refiere a otro personaje de nombre fabricado, posiblemente por el latín sacer, ‘sagrado’, y el griego pantos, ‘todo). En la retahíla de nombres que don Quijote exhibe ante las críticas incrédulas del canónigo, destacan, aparte de Fierabrás, la dueña Quintañona, la mejor escanciadora de vinos que hubo en la Gran Bretaña, Pierres y la linda Magalona, etc.

Maritornes. La famosísima moza de la venta que se aporreó con Sancho recibió un nombre simbólico bien alusivo. Ya hemos hablando antes del nombre de María, palabra que, por su abundancia, acabó significando simplemente “mujer”, como vemos en numerosos compuestos: marisabidilla, marimacho, marizápalos… La maritornes sería la mujer del torno, aparato que se emplea para cerner harina, y en general, la mujer que se mueve en ambientes de cocina.

Enanos y gigantes. El primero que aparece en la obra es el famoso Caraculiambro, cuyo nombre, que ahorra toda averiguación, no puede ser más ridículo. O a Brocabruno de la Gran Fuerza, en cuyo nombre se encierra el latín brocca, ‘de dientes salidos’, y el germánico brun, ‘negro’. Citemos también el gigante Malambruno, cuyo nombre refleja su perversidad: ‘malo’ y bruno, ‘negro’, asociado con el Islam. Pandafilando de la Fosca Vista, agresor de la pobre princesa Micomicona, recibía el apodo “por mirar siempre al revés, como si fuese bizco, y esto lo hace él de maligno y por poner miedo y espanto a los que mira”, y que no hace más que repetir el nombre, derivado del latín pandus, ‘torcido, que pandea’ y el vulgarismo filar, por ‘mirar’.

Otros personajes fantásticos. Ahí está la bruja Urganda la Desconocida, personaje de algún libro de caballerías, nombre que el ama trabuca, con involuntaria ironía, a Hurgada.
Los sabios Lirgandeo y Alquife, palabra inspirada sin duda en el alquifol o zafre, óxido de cobalto utilizado por los alquimistas. Arcalaus el Encantador, “enemigo mortal de Amadís de Gaula y de toda su parentela” (nombre griego, archeos-laos, ‘pueblo antiguo’)…

Nombres musulmanes. La historia del Cautivo (en buena parte, autobiografía del propio Cervantes) da ocasión de que aparezcan diversos nombres musulmanes más o menos corrientes, como Zoraida (‘graciosa’), la enamorada del protagonista, Agi Morato (árabes Hajjaj, y Murad, ‘el deseado’, Arnaúte Mamí (arnaúte, ‘albanés’, per el verbo arnavut)… Otro personaje importante es Ricote, antiguo topónimo (Riqut) convertido en antropónimo.

Álvaro Tarfe. En realidad, el personaje fue creado por Alonso Fernández de Avellanda en su Quijote apócrifo. Es el caballero granadino que encierra al hidalgo en el manicomio de Toledo. Cervantes lo retomó para hacer burla de Avellaneda. En todo caso, el nombre reproduce el del legendario moro Tarfe, muerto en desafío por Garcilaso de la Vega durante el sitio de la ciudad por los Reyes Católicos por haber profanado el nombre de María. Álvaro, del germánico all-wars, ‘totalmente atento’, o de athal-ward, ‘guardián noble’. Tarfe, versión cristiana de Tarif, ‘raro, desconocido’.


Topónimos

Barataria. Cervantes, en el capítulo XLV de la Segunda Parte, aclara el nombre de la famosa ínsula cuyo gobierno tantos sinsabores dio a Sancho Panza cuando dice: “Diéronle a
Monumento a Sancho Panza en Alcalá de Ebro
entender [a Sancho] que se llamaba la ínsula Barataria, o ya porque el lugar se llamaba Baratario, o ya por el barato con que se le había dado el gobierno”. No es inverosímil que Cervantes hubiera jugado con el significado del céltico barad, ‘engaño’, como resultó el gobierno. La tradición la asigna al lugar zaragozano de Alcalá de Ebro (literalmente, ‘fortaleza cabe el Ebro’), donde se levanta, junto al río, un monumento a su esforzado gobernador.

Campo de Criptana. Población situada a 3 km de las ruinas de Villajos. Es villa antiquísima, llamada antiguamente Quitrana, Critana o Chitrana, posiblemente antecedida por Certima, de la que tomó nombre. Fue conquistada por Tito Sempronio Graco, y tras el dominio árabe, pasó con los cristianos a las órdenes militares. La fortaleza perteneció a la Orden de Santiago y fue demolida en el siglo XV por mandato de los Reyes Católicos. La población actual, situada cerca de Alcázar de San Juan, nació en los siglos X u XI, al amparo de dicho fuerte, donde está la ermita de La Paz, llamándose simplemente El Campo, nombre que modificó al actual posteriormente por la comarca, al ser refundada en el siglo XVI por la misma orden de Santiago. Se sabe por los documentos de la época que en siglo XIV se llegaron a unir los dos núcleos. Fue llamada "la ciudad de los molinos de viento" (hoy sólo quedan muestras para uso del turismo), en los que se inspiró Cervantes para describir la lucha de don Quijote.

El Toboso. La interpretación del nombre de la patria de Dulcinea no ofrece dificultad: se trata de un derivado de toba, 'piedra caliza, muy porosa y ligera, formada por la cal que llevan en disolución las aguas de ciertos manantiales'. Hallamos el término en más lugares de nuestra geografía, como Tobar (Burgos), El Tovar (Jaén), Tobarra (Albacete) y otros. Algunos autores, sin embargo, prefieren derivarlo de toba, 'cardo borriquero' (antigua tûba, con el mismo origen). Es posible que Cervantes estuviera allí, e incluso en su cárcel, por cuestiones no bien aclaradas.

El pueblo de don Quijote. Dice Cervantes al final del libro: “Este fin tuvo el Ingenioso Hidalgo de la Mancha, cuyo lugar no quiso poner Cide Hamete puntualmente, por dejar que todas las villas y lugares de la Mancha contendieran entre sí por ahijársele y tenérsele por suyo, como contendieron las siete ciudades de Grecia por Homero”. Y en efecto, así ha sucedido.
Según Avellaneda, Argamasilla de Alba era la patria de don Quijote, que Cervantes ocultó en su obra. En la localidad se halla su casa de Medrano o cárcel en que la tradición (desmentida) supone que Cervantes estuvo preso y escribió el libro (el malentendido proviene de que el libro empezó a gestarse en otra cárcel). De hecho, algunos poemas en el inicio están aparentemente firmados por personas de allí. Covarrubias supuso que el étimo procede de argillae massa, 'masa de arcilla', con lo que designaría cualquier tipo de pasta empleada en construcción, y aplicable por tanto a ruinas. Sin embargo, la voz se aplicaba también con el significado de "azotea", lo que explicaría su abundancia en la toponimia hispana para designar lugares con casas provistas de cubiertas planas. La adjetivación Alba, ‘blanca’, alude al color de tantas poblaciones españolas, cuyas casas estaban blanqueadas con cal.
Pero hay otros candidatos. El más tradicional es Miguel Esteban (nombre sin duda de su fundador), localidad muy cercana al Toboso, sin otras pistas que esta proximidad. Otra es La Puebla de Almuradiel, que tiene un arroyo cercano (el Gigüela, que en verano reduce mucho su caudal), citado por Cervantes cuando el paje de la duquesa lleva una carta a Teresa Panza. En fin, Villanueva de los Infantes, más alejada, también pretende esta paternidad por el hecho de que se pasa por esa localidad para ir a Murcia, como afirma el Cura ante la princesa Micomicona.
Son vanas tales trifulcas: don Quijote pertenece a toda la Mancha, y cada lugar de ella es su patria.


Terónimos

Rocinante. El propio Cervantes nos aclara el nombre: alude a que su caballo era “rocín”, definido por el DRAE como “caballo de mala traza, basto y de poca alzada”. Don Quijote lo transforma en Rocinante, añadiéndole el sufijo activo –ante, expresivo de vigor y grandilocuencia (como en Júpiter Tonante), aunque es imposible dejar de advertir que también puede interpretarse como “rocín antes”.

Clavileño el Alígero. El mismo Cervantes nos aclara el nombre de este caballo volador de madera, “cuyo nombre conviene con el ser de leño, y con la clavija que trae en la frente, y con la ligereza con que camina, y así, en cuanto al nombre, bien puede competir con el famoso Rocinante”.




Josep M. Albaigès
Barcelona, octubre 2005

Anexo
Censo de personajes del Quijote


Abencerraje
Abindarráez
Adán
Adriano
Agi Morato
Agosto
Agrajes
Agramante
Aguilar, don Pedro de
Alá
Alagón, familia
Álamos
Álamos
Alastrajareas
Alba, duque de
Alcalá, Pedro de
Alejandro
Alencastro, familia
Alfeñiquén del Algarbe, duque
Alida
Alifanfarón de Trapobana
Almohades de Marruecos
Alonso, pedro
Alquife
Altisidora
Altisidorilla
Ama
Amadís de Gaula
Amadís de Grecia
Amariles
Amarilis
Ambrosio
Amigo
Amor
Ana
Anarda
Andandona
Andradilla
Andrés
Ángel
Ángel
Angélica
Angulo el Malo
Aníbal
Anselmo
Anteo
Anteón
Antonio
Antonomasia, la infanta
Aparicio
Apeles
Apolo
Aquiles
Arcaláus
Archipiela
Argos
Aridiana
Ariosto, Ludovico
Aristóteles
Arnaúte Mamí
Artemisa
Arturo, el rey
Artús
Astolfo
Augusto César
Aurora
Austria, don Juan de
Austria, duque de
Avellaneda
Ávila, don Luis de
Azán agá
Azote, don
Azpetia, don Sancho de
Balvastro
Bañares, conde de
Barba, pedro
Barbarroja
Barbero
Barcino
Barrabás
Basilio
Belerma
Belianís de grecia
Belisarda
Belona
Belorofonte
Beltenebros
Benalcázar, conde de
Bernardo del Carpio
Bootes
Borbón, Carlos de
Borgoña, guy de
Boscán Almogáver, juan
Bosque, escudero del
Boyardo, Mateo
Bradabarbarán de Boliche
Bradamante
Bucéfalo
Buen Linaje
Burguillos, señor de
Burlador
Bustamante, Pedro de
Butrón
Caballero de la Ardiente Espada
Caballero de la Blanca Luna
Caballero de la Muerte
Caballero de la Selva
Caballero de la Sierpe
Caballero de la Sierra
Caballero de la Triste Figura
Caballero de las Doncellas
Caballero de los Espejos
Caballero de los Leones
Caballero del Ave Fénix
Caballero del Bosque
Caballero del Febo
Caballero del Grifo
Caballero del Sol
Caballero del Unicornio
Caballero del Verde Gabán
Caballeros de la Tabla Redonda
Cachidiablo
Cachopines de Laredo, familia
Caco
Cadells
Calaínos
Calipso
Camacho
Camila
Camoes
Canónigo de Toledo
Capilla, señor de
Capitán, Gran
Capitán, señor
Caprichoso
Caraculiambro
Cardenio
Carlo v
Carlomagno
Carlos V
Carloto
Carón
Carrasco, Bartolomé
Carrasco, el bachiller Sansón
Carrasco, Tomé
Carrascón
Cascajo
Cascajo, Teresa
Casilda
Casildea de Vandalia
Cástor
Catilina
Catón
Catón Zonzorino
Cautivo, capitán
Cava
Cecial, Tomé
Cerda, familia
Cervantes, Miguel de
Cervellón, Gabrio
Cervino
César, Julio
Césares, los
Charní, señor de
China, emperador de la
Cicerón
Cid
Cide Hamete Benengeli
Cide Hamete Berenjena
Cide Mahamate Benengeli
Cipión
Cipiones, familia
Circe
Cirongilio de Tracia, don
Claridiana
Claudia Jerónima
Clavijo
Clavileño
Clenardo
Clori
Colona, familia
Comendador griego
Corchuelo
Córdoba, loco de
Corella, familia
Cortés, Hernán
Cristina, doña
Cupido
Cura
Curambro
Curcio
Curcio, familia
Curiambro
Curiel, señor de
Dádiva
Dánae
Daraida
Darinel
Darío
David
Demonio
Demóstenes
Diablo
Diana
Dido
Dioscórides, Pedacio
Dirlos, el conde
Discreción
Dite
Dolorida, la Dueña
Donoso
Dorotea
Dríadas
Dulcinea del Toboso
Duques, los
Durandarte
Durindana, la espada
Eclesiástico, el
Eco
Egïón
Eguemón, conde de
Elena
Elisabat, el maestro
Emerencia
Emperador
Emperante
Emperatriz, la señora
Eneas
Ercilla, Alonso de
Eróstrato
Escotillo
Espartafilardo del Bosque
Esplandián
Esquife
Eugenio, el cabrero
Eurialio
Euríalo
Eva
Falces, Luis de
Fama, la
Fama, los Nueve de la
Faraones, los
Fauno
Favila, el rey
Febo
Felicia
Felipe (alusión a Felipe I, rey de España, hijo de Carlos I
Félix, ana
Felixmarte de Hircania
Fénix
Fernán González
Fernández de Córdoba, Gonzalo
Fernando, don
Ferrara, duques de
Fierabrás
Figueroa, Cristóbal de
Fili
Fílida
Filipo iii
Filis
Flérida
Flora
Florimorte de Hircania
Floripes, la infanta
Foces, familia
Fonseca, caballero de
Fonseca, cristóbal de
Forte, simón
Fortuna
Francenia
Francisca
Francisco i
Fratín, el
Frestón
Fritón
Frontino
Fúcar
Gaiferos
Galalón personaje de la Chanson de Roland; por su traición m
Galaor
Galatea
Galiana
Gandalín
Gante
García de paredes, Diego
Garcilaso
Gasabal
Gayo
Geraya
Gibraleón, marqués de
Gigote, don
Gil polo
Ginebra, la reina
Godofre de Bullón
Golías
Gonela, pedro
González, señora
Gran turco
Gregorio, don Gaspar
Gregorio, don Pedro
Grisóstomo
Guadiana
Guarino Mezquino
Guevara, Fernando de
Guillermo el rico
Guinart, Roque
Guisopete
Gurrea, familia
Gutiérrez, Juana
Gutiérrez, Mari
Guzmán, familia
Guzmán, Gonzalo de
Haldudo, Juan
Hebreo, León
Héctor
Heraclio, el emperador
Hércules
Hernández de córdoba, Gonzalo
Hernández, Tenorio
Hipócrates
Hipogrifo
Hipólito
Hoces, Tamón de
Homero
Horacio
Horacio Cocles
Hornos, conde de
Hurgada
Interés
Iseo
Jaramilla, la reina
Jarifa
Jasón de Creta
Jauregui, Juan de
Jerónimo, don
Jorge, micer
Juan de las Indias, preste
Juan Latino
Juan, don
Judas
Julián, conde
Julio
Júpiter
Juvenal, Décimo Junio
Laguna, doctor Andrés
Laida
Lamia
Lanzarote del Lago
Latino, juan
Laurcalco
Lautrec, monsiur de
Lazarillo de Tormes
Leandra
Lela Marién
Lemos, Pedro Fernández de Castro, conde de
León el Hebreo
León, don Manuel de
Leonela
Leonora
Liberalidad
Licurgo
Lirgandeo, el sabio
Lisipo
Lisuarte de Grecia
Lite
Llana, Diego de
Lobo, Pedro de
Lobuna, condesa
Lofraso, Antonio de
López Maldonado
López, Alonso
Lorenzo Corchuelo
Lorenzo, Aldonza
Lot
Lotario
Lucía
Lucifer
Lucinda
Lucrecia
Luis, don
Luna
Luna, don Álvaro de
Luna, familia
Luscinda
Macabeos
Machuca
Madama
Madama
Madásima, la reina
Madésima
Magallanes
Magalona
Magimasa
Maguncia, la reina
Mahoma
Malambruno
Mameluco de Persia, gran
Marsilio de Sansueña, el rey
Marte
Martínez, Pedro
Martino
Matusalén
Mauleón, el poeta
Mausoleo
Mayordomo
Medea
Medoro
Medusa
Melisendra
Menalao
Mendoza, familia
Meneses, familia
Mentironiana, la sabia
Merlín
Merlo, Juan de
Micocolembo
Micomicona, princesa
Miculoso
Mingo
Mingo Silvato
Minguilla
Minos
Miraguarda
Miranda, don Diego de
Miranda, don Lorenzo de
Miulina
Molinera, doña
Molinera, la
Molineros, los
Moncada, familia
Mondoñedo, obispo de
Monicongo
Montalbán, don Quirieleisón
Montalbán, Reinaldos de
Montalbán, Tomás de
Montemayor, Jorge de
Montesinos
Moreno, don Antonio
Morgante
Mozo
Mozo de mulas
Mucio, cayo
Muerte
Muley Hamet
Muley Hamida
Muñatón
Musas
Muzaraque, el moro
Napeas
Narváez, Rodrigo de
Nembrot
Nemoroso
Neptuno
Nerbia, duque de
Nero
Nerón
Néstor
Niarros
Nicolao, el peje
Nicolás, el peje
Nicolás, maese
Ninfas
Niso
Nogales, Aldonza
Noriz, don Pedro
Nueva Vizcaya, príncipe de la
Nuza familia
Ocasión
Oidor
Olalla
Olivante
Orbaneja
Ordóñez de Lara, Diego
Orelia
Orestes
Oria, Juan Andrea de
Oria, Pagán de
Oriana
Orlando
Osiris
Otaviano
Ovidio
Paje, el
Palafox, familia
Palas
Palinuro
Pallas, familia
Palmerín de Ingalaterra
Palomeque, Juan
Pancino
Pandafilando de la Fosca Vista
Pandahilado
Paniaguado
Panza, familia
Panza, Juana
Panza, Sancho
Panza, Teresa
Paralipomenón de las Tres Estrellas
Parapilla, Ginés de
Pares de Francia, Doce
Paris
Paropillo, Ginés
Parrasio
Pasamonte, Ginés de
Pedro
Pedro de Portugal, el infante don
Pedro, maese
Pegaso
Penélope
Pentapolín del Arremangado Brazo
Pentapolín Garamanta
Pepino
Pérez de Vargas, Diego
Pérez de Vargas, Garci
Pérez de Viedma, Juan
Pérez de Viedma, Ruy
Pérez Mazorca, Pedro
Pérez, Pero
Perión de Gaula
Periquillo
Peritoa
Perlerina, Clara
Perlerino, Andrés
Perogrullo
Perrillo
Persio Flaco, Aulo
Pierres
Pierres Papín
Pierres, mosén
Pílades
Pintiquinestra, la reina
Pío Quinto
Píramo
Placerdemivida, la doncella
Platir
Platón
Plutarco
Poesía
Polifemo
Polo, conde San
Polo, Gil
Pólux
Porcia
Posesión Pacífica
Primo, el
Ptolomeo
Puebla de Alcocer
Puebla de Alcocer, vizconde de
Puertocarrero, Pedro
Quejana
Quesada
Quijada
Quijada, Gutierre
Quijana
Quijana, Antonia
Quijano, Alonso
Quijote de la Mancha, don
Quijótiz
Quintañona, la dueña
Quiñones, Guiomar de
Quiñones, Mencía de
Quiñones, Suero de
Quirocia, duque de
Quiteria
Radamanto
Rapador, señor
Rebellas, familia
Rebuzno, el del
Recato, castillo del buen
Recio de Agüero, Pedro
Recio de Mal Agüero, Pedro
Reina
Reinaldos de Montalbán
Remestán, mosën Enrique de
Reposada, la viuda
Requesenes, familia
Ricardo, el duque
Ricota
Ricota, Francisca
Ricote
Roca, Vicente de la
Rocaberti, familia
Rocinante
Rodamonte
Rodrigo, rey don
Rodríguez de Grijalba, doña
Roldán
Rosa, Vicente de la
Roto de la Mala Figura
Rotolando
Rucio
Rufo Gutiérrez, Juan
Rugero
Ruidera, la dueña
Ruiz, Lope
Saavedra, tal de
Sacripante
Salazar, conde de
Salmantino
Salomón
San Bartolomé
San Basilio
San Diego Matamoros
San Jorge
San Juan Bautista
San Martín
San Pablo
San Pedro
San Polo, conde
Sanazaro
Sancha, doña
Sancha, Mari
Sanchica
Sanchico
Sancho Panza
Sandoval y Rojas, don Bernardo de
Sansón
Sansonino, pastor
Santa Apolonia
Santa Cruz, marqués de
Santa Lucía
Santiago
Santo Tomás
Sarna
Sarra
Satanás
Sátiro
Selim
Sevilla, loco de
Sila
Sileno
Silva, Feliciano de
Silvanos
Silvia
Sinón
Sísifo
Sobrina
Sobrino, el rey
Sol
Soldado
Solisdán
Solón
Tabla Redonda, Caballeros de la
Tablante de Ricamonte
Tansilo, luis
Tántalo
Tarfe, don Álvaro
Tarquino
Teodora
Terencio
Teresaina
Teresona
Teseo
Tesoro
Tibulo, Albio
Ticio
Tierra
Timates
Timbrio
Timonel de Carcajona
Tinacrio el Sabidor
Tiñoso
Tiopieyo, Juan
Tiquitoc
Tirante el Blanco
Tisbe
Tocho, Juan
Tocho, Lope
Tolomeo
Tolomeos, los
Tolosa, doña
Tolosa, la
Tomasillo el travieso
Tomillas, conde
Tonto, don
Torralba
Torralba, el licenciado
Torrellas, Clauquel
Torrellas, Vicente
Tosilos
Tostado, el
Trajano
Trapisonda, emperador de
Tres arabias, señor de las
Tres colas, condesa
Tres faldas, condesa
Trifaldi, la condesa
Trifaldín, el de la Barba Blanca
Tristán
Triste Figura, Caballero de la
Tulio
Turco
Turpín
Úbeda, Juan de
Uchalí
Ulises
Ulixes
Urbina, Diego de
Urganda la Desconocida
Urraca, la infanta doña
Urrea, familia
Ursino, familia
Valdovinos
Valentía
Valladolid, Diego de
Vargas y Machuca
Velasco, don Bernardino de
Vellido Dolfos
Ventero, el
Venus
Verino, Micael
Viedma, Clara de
Villadiego
Villalpando
Villanova, familia
Vireno
Virgilio
Viriato
Virrey de Cataluña
Virues, Cristóbal
Vivaldo
Vivar, Rodrigo de
Wamba, el rey
Xenofonte
Zancas, Sancho
Zanoguera, don Juan
Zeuxis
Zoilo
Zópiro
Zoraida
Zoroastes
Zorruna, condesa